Todos sus hermanos por fin tienen a alguien a quien aman y los aman. Pero él esta solo, pasa el tiempo y parece que no existe un amor destinado para él. La felicidad lo rodea y él solo quiere un poco para si mismo. Sin embargo se dará cuenta que es...
Miguelangel se agacha mientras deja en el piso a su sobrino, quien corrio a abrazar a su tío favorito. Levanta la mirada y en la entrada de la terraza mira a Clarissa, tan pequeña, estaba ahí parada sin atreverse a unirse al grupo familiar, tan bonita en su embarazo, llevado una parte de él con ella. Miguelangel sonrió, y camina para ir al encuentro de esa mujer,que por más que lo negara, ya era parte de su vida, una de la que no podría apartarse, así ella no lo aceptará.
De pronto una fuerte explosión se escucha, justo al lado de ellos. Clarisa se asusta, se tapa los oídos y se encorba a modo de autoprotección aunque aún no sepa de qué, el ruido pasa y ella se endereza, mirando a Miguelangel, que corre hacia ella, con preocupación.
Miguelangel caminaba tranquilo al encuentro de Clarissa, no podría abrazarla, aunque ganas no le faltarán, pero deseaba ir cerca y decirle, ya estoy aquí, él pudo ver que ella estaba preocupada y pudo notar que sintió alivio al verlo. De pronto una fuerte explosión se escucha, algo que se le hizo familiar en cierto modo.
Clarissa ve que Miguelangel observa con horror algo a su derecha en el aire, ella mira, y no tuvo tiempo de reaccionar, algo la toma y la levanta del piso, solo ve como todo se hace pequeño, y después ya no ve nada.
Jamás había sentido tanto horror en su vida, tanto miedo quedo paralizado, por primera vez su inquieto cerebro se quedó en blanco, su musculoso y ágil cuerpo era un cúmulo de rigidez, solo reaccionó cuando sitio la voz y la presencia de sus hermanos detrás de él.
-¿Donnie? - dice Miguelangel sin dejar de mirar el cielo.
-Aquí estoy hermano -
-Abrelo-
-Mickey, yo no sé... -
-Donnie, por favor - vuelve a repetir Miguelangel, dándole la espalda a todos ellos, sin dejar de mirar al cielo vacío.
-Mickey, puede tomar tiempo y... - Donatello no tuvo tiempo de terminar de hablar, su hermano menor se gira y lo que Donnie ve le sorprende.
-Te lo suplico, abrelo ahora - Miguelangel agarra con sus dos manos a Donnie por los hombros, y lo menea, como queriendo despertarlo, lograr que rápido abra ese portal. - Clarissa y mi hijo... - todos escuchan la voz quebrada - ellos no resistirán ahí - ya no era solo la voz quebrada, numerosas lágrimas corrían por el rostro de Miguelangel, humedeciendolo, ellos jamás lo habían visto llorar.
-Lo intentaré de lo prometo - Donnie se suelta del agarre de su hermano y se separa del grupo, abre su pantalla y empieza a trabajar.
-Mickey cuanto lo siento - le dice Luccia, poniendo una de sus manos en su hombro. Miguelangel solo la mira por unos momentos, miles de pensamientos espantosos pasan en mente, pensamientos de poder traer a Clarissa y a su hijo de regreso, pensamientos de su solitaria agonía, con hambre y desesperación.
Miguelangel vuelve a mirar al cielo, que parecía burlarse de todos, tan limpio y brillante. De pronto cae de rodillas, mirando el piso con una mirada perdida.
-Hijo-se acerca el maestro, queriendo dar consuelo, pero sin entender cómo puede lograrlo.
-Esto no es posible - se escucha como un susurro,que proviene del aflijido mutante.
-NO ES POSIBLEEEE- grita Miguelangel, golpeando, con sus puños la tierra, con tal fuerza que parecía su piel va a sangrar, y realizando el acto varias veces, repitiendo que no es posible, no es posible que él la perdiera, no es posible que no los pudo defender, no es posible pasar por tanto dolor.
Raphael solo mira, mientras Leo corre al lado de su hermano y se arrodilla a su lado, y lo abraza.
-Tranquilo Mickey, en cuanto Donnie abra el portal, iremos contigo, la traeremos de regreso - le dice, sin saber si acaso Donatello, podría volver a abrir el portal, y si lo abriera, ¿como la encontrarian en ese infernal lugar?
Leo dejó que su hermanito llorara en sus brazos. Todos sabían que Miguelangel es el corazón del equipo, él es bueno, cariñoso y preocupado por su familia, pero de todas las cosas que han tenido que pasar y vivir, de todas esas cosas que Mickey ha sobrellevado con una energía positiva, esta es esa cosa que lo rompió y que por primera vez en la vida lo veían llorar amargamente.
Las mujeres, solo podian mirar la triste escena, con el rostro empapado en lágrimas, no se atrevían a mover.
-Mickey, deberías entrar y... -
-No Leo, no me movere de aquí hasta que Donnie habrá ese maldito portal para entrar -
-Muy bien, iré a ver como le va a Donnie- Leonardo se levanta, y le dice al grupo de mujeres, que es mejor entrar a la casa.
-Donnie, ¿como estas? - Leo sabía que todos están agotados, aunque su resistencia es muy buena, a diferencia de humano mejor entrenado, igual no es infinita.
-Trabajo lo más rápido que puedo Leo- le contesta el genio sin dejar de mirar la pantalla y mover sus dedos sobre el teclado holografico. --Cada minuto que pasa, ella... - Donnie suspira, mejor era no pensar en lo peor.
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