Capítulo 43

11 2 0
                                    

Narrado

El día transcurrió con normalidad, cada uno volvió a sus labores después del desayuno. Robert anunció que llegaría temprano del acuario y que todos estuvieran listos antes de las 4p.m. pues irían a un lugar importante. Isabella había hablado con él hacía un par de días cuando fue al acuario después de unas compras en la farmacia. Estaba consciente que él sabía de Meg, Jacob y sus respectivas habilidades, así que se ofreció a ayudar con uno de los mejores hospitales y doctores que conocía, a regañadientes accedió. Así que, cuando el turno de todos terminó se alistaron como mando el cabeza de la familia.

Robert- ¿Están listos?- Pregunta con un entusiasmo algo particular.

Jacob- Sip- Responde contagiandose de esa alegría caminando hacia su padre colocándose sus anillos nuevos.

Arianna- ¡Isabella!- Llama desde el pie de las escaleras.

Margaret- ¿No está lista?- Pregunta mirando con extrañeza a Arianna y abrazado a Robert para recibirlo.

Arianna- No ha bajado desde que terminamos el almuerzo-

Jacob- ¡Hey! ¡Alitas!- Grita con una sonrisa. Le había puesto ese apodo pocos días después de que llegara con sus alas.

Isabella- ¡Los veo allá!- Responde asomándose por el barandal sin mirar a los jóvenes que la esperaban al pie de la escalera.

Arianna- ¿Todo bien?- Pregunta subiendo después se hacerle una seña a sus padres y hermano para que se fueran.

Isabella- Sí, te veo allá- Responde seca caminando al cuarto de la ojicafé para no mirarla- Te van a dejar botada, ve- Y su voz se parte a lo último de la oración.

Arianna- ¿Que pasa?- Dice acercándose.

Isabella- Nada, vete, te veo allá- Volvió a hablar seria simulando que buscaba ropa.

Arianna- Isa...- Dice despacio cerrando la puerta.

Isabella- ¡¡Déjame en paz!!- Grita cerrando con fuerza la puerta del closet, saliendo de el con los ojos completamente rojos y las lágrimas bajando como ríos por sus mejillas.

Se crea un silencio después de eso, ninguna se mueve ni habla, sólo conectan sus ojos hasta que la menor los cierra con fuerza y se sienta en la silla que tiene al lado.

Isabella- Perdón... En serio perdóname Ari. No era mi intención gritarte- Dice colocando la frente en su palma- Perdóname Arianna, por favor- Vuelve a decir con súplica cuando no recibe respuesta. Pasan unos segundos cuando escucha las tenis de Arianna acercarce y sentir su peso.

Arianna- No me vuelvas a gritar- Habla con severidad tomado el rostro de la menor y colocarlo en su abdomen para poder abrazarla- No importa que pase, no lo hagas- Vuelve a decir enredando sus dedos en el cabello de la mulata por detrás de su oreja cuando la siente sollozar.

Isabella- Perdóname...- Susurra pasando sus brazos por la cintura se la mayor para apretar más el abrazo, apoyándose en ella tratando de no llorar, aunque falla enormemente.

Arianna- Esta bien, tranquila...- Susurra de vuelta acariciando la espalda ahora visiblemente más pequeña por los sollozos que se hacían más frecuentes- Respira, shh... Esta bien- Sigue diciendo abrazando a la mulata cuando está vez comienza a llorar con más fuerza. ¿Cuando fue la última vez que la vio llorar así? No lo recuerda, pero duele, duele más de lo que imaginó que podría doler un llanto ajeno.

Pasan unos minutos, Isabella cae en razón de en donde está arrecostada y se separa con algo de brusquedad, coloca sus manos en las caderas de Arianna para alejarla y poder levantarse. Pronuncia un lo siento que a duras penas es escuchado y se dirige al baño con rapidez, dejado confundida a la mayor en su habitación, con más preguntas que respuestas y con un sentimiento extraño en el pecho. No estaba acostumbrada a ser un apoyo emocional y tampoco estaba a acostumbrada a ver a los demás llorar con tal sentimiento, aún así su mente se estancó en eso, en que podría estar pasando detrás de aquella joven, en que era lo que le pasaba y no sabía. Se sentó en la cama a esperar con su celular, al cabo de unos minutos salió Isabella renovada, con los ojos rojos e hinchados pero con una sonrisa de alegría que desconcierta a la mayor.

El Diario De Un HendrixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora