Hasta La Muerte || Junior Wheeler & Tú. (Capítulos Muy Pronto)

Capítulo 2.2

Los meses pasaban demasiado rápido, recibía respuesta casi diarias de la persona a la que le había mandado la foto de mi ecografía. Y debo decir que Lexy estuvo presionandome para elegir un buen nombre para mi bebé. Y el día que lo escogí, era la sexta ves que me lo pedía en el mes.

Así que les daré el pequeño resumen de lo que paso en los meses posteriores a la mudanza de Jake, el nacimiento de mi bebé y el no tan ansioso pero esperado «Halloween».

—Vamos, tienes que elegir un nombre—.

Suspire frustrada una vez más, Lexy llevaba meses diciéndome que debía elegir un buen nombre para mi bebé.

—Te he dicho varios que me gustan y ninguno te gusta— recordé uno—. Espera, creó que ya sé como le pondré—.

—Dime—.

—Teo—.

—¿Teo?— analizo el nombre unos segundos—. Me gusta—.

—Teo Wheeler Thompson— sonreí.

El simple hecho de mencionar el nombre completo me dio una alegría enorme, estaba realmente feliz, pero claro. No todo era felicidad en ese momento.

La Sra. Cross había insistido en qué las cuatro debíamos de ir a terapia y no era una idea que me agradaba bastante.

La doctora Mixter era un dolor de cabeza para mí. Siempre nos recordaba que los asesinatos en el teatro habían sido por culpa de Junior y que Chucky solo era un muñeco. Si quería acabar rápidamente con esta mierda debía darle la razón a ella.

El día 21 de Julio teníamos que ir a terapia y gracias a mi bebé, no asistimos, ya que ese día nació, al tenerlo en mis brazos sentí una sensación demasiado agradable, lo tenía cargando y tenía ciertos rasgos de Junior, sus ojos marrones, y al sonreir solo lo veía a él.

Pero como siempre recuerdo, la felicidad dura poco. Me alegraba estar con mi bebé rodeada de toda la familia Cross, pero no tenía noticias de Jake o Devon. Entonces como ya no retome la arquería, un día decidí entrar a la habitación de Lexy y pedirle algo de hierva. Necesitaba despejarme completamente de todo lo que pasaba.

Claro que no tardó mucho en difundirse el rumor de que ambas consumiamos hierva, ya que en menos de lo que canta el gallo recibí dos llamadas, esa persona que no había llamado desde que Teo nació llamó solo para reclamarme, que debía concentrarme y cuidar de mi hijo, claro que me moleste y le colgué.

Casi enseguida recibí otra llamada, esta vez era de Jake. Puse los ojos en blanco, tome el pequeño aparato que reposaba en mi mesita de noche, deslice el dedo y respondí.

—¿Hola?—

—¿¡Qué carajos te pasa!?—

—¿Quién llama?—

—Deja de responderme con más preguntas, por dios—.

—Es enserio, ¿quién llama?—

—Sabes perfectamente que soy Jake—.

—¡JAKE! Hola, ¿cómo estás? Hace bastante tiempo que no se nada de ti—.

—¿Dime si es verdad?—

—No sé de qué me estás hablando, tal vez podrías ser más directo—.

—¿Fumas hierva?—

—¿¡Qué!? No claro que no—.

—_____, dime la verdad—.

—Te la estoy diciendo Jake—.

—Te conozco a la perfección y sé que lo haces—.