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Prólogo

-Seungmin... -suspira- Kim Seungmin -sonríe- Seungminnie, es una de las personas más sonrientes que conozco, sus redondos ojos otorgan un precioso brillo, sin embargo... no logro entender la razón del por qué me transmite tanta nostalgia y tristeza.

— ¡Hyung!, ¡ven!, ¡corre!, ¡rápido hyung! ¡Te perderás el atardecer! —escuchó al castaño a lo lejos acompañado con el canto de gaviotas que pasaban volando—

—Voy Minnie, no entiendo por qué tanto alboroto, ves lo mismo todos los días... — camina con calma hacia el menor—. El pelinegro al llegar donde el castaño, con sus manos dentro de sus bolsillos, se detiene a observar con preciosura admirando cada detalle de su rostro y como la brisa movía su castaño cabello, este tenía sus ojos cerrados y escuchaba las olas del mar con una leve sonrisa, podría quedarse mirándolo todo el día... todos los días, no podía creer como aquella persona, no, Kim Seungmin, le transmitía tanta paz y seguridad, lo quería a él y solo a él.

— ¡Hyung, mira!, —apunta con su índice hacia la nada del contrario con el afán de distraerlo y pues claro el pelinegro cayó completamente, en aquel corto tiempo con un distraído Hyunjin, Seungmin tomó su mano, tirando de él hacia el agua, Hyunjin lleno de sorpresa, tropieza, cayendo directo al agua y observando en la orilla a un Seungmin riendo a carcajadas—

— ¡Hyunnie! ¡Eres pendejo! ¿Cómo te vas a caer así? – ríe en alto –

—Seungmin andas muy chistoso hoy, ¿se la chupaste a un payaso acaso? – el mayor sentado sacude su largo cabello—

— ¡Hyunjin eres un asqueroso! – el castaño se da la vuelta con la intención de irse –

—Claro, tú eres quien se enoja aquí— Hyunjin se levanta rápidamente y corre en dirección al menor y lo abraza por detrás –

— ¡Hyunjin estás todo mojado y lleno de arena, me vas a ensuciar! – Seungmin en un intento de escape y Hyunjin entre risas, abraza más fuerte a Seungmin levantándolo con facilidad y comienza a dirigirse a rápidos pasos hacia el mar –

— ¡Ni lo pienses Hyunjin, no me quiero mojar! –

—Ya estás empapado tontito— Hyunjin llegando finalmente con el agua cubriendo sus tobillos, lanza a un pequeño Seungmin a esta, ahora Hyunjin era quien reía a carcajadas.

—Ahora estamos a mano— ríe tiernamente — en un abrir y cerrar de ojos Seungmin arrastra a Hyunjin consigo, ambos terminando en el agua, los cuáles comenzaron a jugar entre ellos con un lindo y cálido atardecer acompañándolos—

—Hyung, gracias por siempre estar conmigo—

— ¡Ay! ¿Por qué tan cursi de repente? ¿Cuándo te lancé te golpeaste con una piedra o algo? – renegó el mayor, aunque en su mente estaba tan agradecido como el menor, e incluso podría considerar que más...

—Hyung, no es algo que diga a menudo, pero quiero decirte que... te... —

Sonó su ruidosa alarma que tanto odiaba, interrumpiendo aquel extraño sueño, el dispositivo se encontraba a lo lejos en una estantería junto a unos utensilios de pintura, el pelinegro creía que si ponía su alarma lejos de sí, se vería obligado a levantarse de su cómoda cama y detener ese ruido que aborrecía, alguien se lo había contado... está bien, lo había leído en una página de sencillos métodos para levantarte de tu cama o algo así..., aunque cuando se lo platicó a su madre, esta solo se burló de él, conocía a su hijo, este no se levantaría por más que un oso estuviera gritando en todo su tímpano, así que ella acostumbraba a levantarlo, aunque los último días se vio sorprendida que aquella alarma que había conseguido, lograba despertarlo, aunque aún se le dificultaba levantarse de su cama, el chico se tomaba todo su tiempo, finalmente después de un largo bostezo y una buena estirada, su madre entró al cuarto del pelinegro a apagar aquella alarma y de paso abriendo las cortinas, dejando entrar los fuertes rayos del sol que cayeron directo al delicado rostro de Hyunjin, el cuál por supuesto comenzó a renegar.

—Mami..., déjame dormir una hora más... —

— ¡Hyunjin ya es la una de la tarde, por el amor de dios! ¿Cuándo dejarás de levantarte tan tarde?

—Ma, necesito dormir para desarrollarme bien...

— Hyunjin ya tienes 18, deja de quejarte—

—Mami, los científicos ya han dicho que las personas terminan su desarrollo hasta los 21 años—

—Si, si, como digas Hyunjin, ya anda a ducharte, ¡y rápido! No te quedes dando todo un concierto, ni te imaginas toda el agua que gastas, hoy tenemos mucho que vender, sabes que los fines de semana hay más clientela y solo somos tú y yo, por lo tanto, tenemos mucho trabajo, tu desayuno... o ¡almuerzo! querré decir, bueno tu comida ya está lis... – La señora Hwang, quien se encontraba arreglando el desorden de su hijo, voltea a este y lo ve durmiendo plácidamente de nuevo, no podía creer lo rápido que podía caer dormido, pero levantarse con la misma velocidad, nunca... indignada lo observa y recoge del piso uno de sus calzoncillos con unos cuestionables dibujos de caricaturas y letras en la parte trasera "deez n...nu..." se le dificultó leer aquel extranjerismo, asi que dirigió su atención a su hijo, algunas de esas tendencias de los jóvenes de hoy en día pensó, ¿en que momento su hijo había comprado esa dudosa ropa interior? la mujer no lo sabía... dejó esos pensamientos de lado y procedió a lanzarle aquella ropa interior a su hijo, cayendo estos directamente en la cara del bello durmiente.

— ¡Hwang Hyunjin! – Hyunjin aterrorizado por el grito de su madre, despierta con rapidez, cosa que su alarma no lograba, mientras veía a su mama con brazos cruzados, se levanta de su cama

— ¡Ve a ducharte ya!

—Si señora... — Finalmente ve a su madre saliendo de su habitación y este se dirige al baño, tomando una rápida ducha, tal cual le habían ordenado, claro sin olvidar cantar, aunque esta vez fue un mini concierto por supuesto...

Debido a la agitada mañana y todos los gritos de su preciosa madre, Hwang Hyunjin había olvidado todo aquel sueño, todo aquel claro y completo sueño..., pero por ahora no era de importancia... ¿cierto?