Cap.9

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Después de desayunar  la linda  pareja  se encontraba recostada  en el sillón, el ruso  ligeramente sentado  teniendo recostado a  su pareja  en su pecho, quien soltaba  un suave  ronroneo   por  las  caricias que  le estaba dando sobre  la  tela de  una de sus  camisas, sabía que el menor en esos  momentos prefería mil veces aquella vestimenta a la que siempre usaba, ya  más adelante le diría que las usara para dormir, pues vaya que se veía de las mil maravillas con sus prendas puestas.

Por otro lado el japonés se concentraba en las caricias que le daban, intentando olvidar el mal sabor que le provoco la beta  que había venido a dejar el desayuno, la muy descarada se le insinuaba a su alfa como si él no existiera, como si no notara las varias mordidas y marcas que le había hecho  en el cuello del mayor, esta solo intentaba lanzarse sobre su pareja, estuvo a punto de cerrarle de golpe la puerta en la nariz, pero lamentablemente no lo logró ya que su pareja había agradecido por lo que había pedido antes de cerrar la puerta.

El solo recordar aquello le hacia fruncir un poco  el ceño, abrazando el torso desnudo de su alfa, oliendo  aquel aroma que tanto le gustaba.

El  ruso solo mostraba una pequeña sonrisa al ver las acciones del menor, había notado aquella mirada con la repartidora, algo que le pareció  bastante tierno, el ver a su pequeño zorrito marcando territorio, aunque  aquello no debía de preocuparle, él le pertenecía por completo al menor como este le pertenecía a él, aunque claro el que intentara ver a su linda pareja con aquellos ojos o intentar  tocarlo aunque fuera uno de sus finos y suaves cabellos conocerían el lado oscuro que le ocultaba al omega.

Ambos se encontraban bastante cómodos en aquella posición, sintiéndose  y dándose mimos, el can se encontraba  tranquilamente durmiendo en su camita tras terminar de comer. 

Ninguno de los dos quería  alejarse del otro, se sentían tan bien que no era  una opción alejarse aunque sea por unos centímetros, además por la situación era peor, el instinto de cada uno  gritaba para estar con la persona que era su pareja y poder sentir su aroma para tranquilizarse , aunque claro  no todo podía ser felicidad, pues el sonido de cierto celular rompió aquel momento.

—Ignóralo—pensaba el ruso concentrándose en su pareja  esperando que la persona que le estuviera llamando se cansara, sabía que no era ninguno de  los de su organización, pues estos eran lo suficiente inteligentes  para saber que no debían interrumpir su momento a solas con su pareja, por lo que  lo que  quedaba era que era algún valiente o muy estúpido y suicida el que  lo llamaba.

—Será mejor que contestes, puede que sea  importante—mencionó el peli  rubio al escuchar como su celular seguía sonando sin ningún signo de parar.

Sin querer  se alejó de su  alfa para que este pudiera contestar.

El ruso al ver aquella acción de su pareja sin ganas y ocultando su ahora mal genio se colocó de pie  para ir en busca de su celular, si el ruso no hubiera estado de espalda en el momento en que tomo su teléfono y vio quien lo llamaba, el japonés hubiera visto una sonrisa que prometía una tortura por  haberlo molestado justo en ese  momento.

—Naruto, vengo enseguida, tengo que tener una linda charla con uno de mis clientes.—Dijo con una linda sonrisa, viendo como el menor asentía antes de dirigirse a su despacho  para poder hablar tranquilo con la tonta  persona que se había atrevido a interrumpirlo.

El omega se recostó  nuevamente  en el sillón sintiendo el aroma del alfa en este, aun su celo no desaparecía del todo, por  lo que sabía lo que pasaría  durante unas horas o lo que le quedaba de su celo.

Llevo una de sus manos a su pancita dando un ligero rose pensando en que posiblemente, después de su celo quedaría en cinta, no, mejor dicho era definitivo que después de ello dentro suyo crecería un cachorrito, pues si lo pensaba era prácticamente imposible que no quedara en cinta tras lo que habían hecho y lo que harían en su celo, con solo pensar en ello y recordar  aquellas poses y en donde lo habían hecho un fuerte sonrojo ataco sus  mejillas.

Sus pensamientos no duraron mucho ya que escucho como tocaban el timbre, por lo que extrañado se colocó  de pie y camino a paso lento pero seguro  hacia  la puerta en compañía de Susanoo, al abrir la puerta se encontró con un beta con un uniforme de  repartidor.

—Por favor firme aquí.—Le indicó el varón comiéndose con la mirada al omega que tenía en frente.

—Aquí tiene.—Dijo el omega  firmando el documento que indicaba que había recibido el paquete en cuestión.

El  beta dio un paso  hacia adelante para poder estar más cerca del pequeño omega, pero un gruñido amenazante lo detuvo de inmediato, viendo como  un perro que a simple vista se veía bastante tierno estaba a punto de lanzarse a atacarlo, de igual  forma no pudo hacer mucho ya que después de un gracias, el omega había cerrado la puerta del lugar.

—¿Qué será?—Murmuraba  viendo  la bolsa de color negro bastante elegante  con una palabra escrita en cursiva y de color dorado, Eros era lo que decía, palabra que al recordar vagamente su significado, no pudo evitar mirar en su interior confirmando su sospecha, al parecer su querido alfa quería jugar, bueno el jugaría y cumpliría las fantasías de su pareja, por ello con la bolsa  en mano,  se dirigió a la cocina, ya que si no mal recordaba, había visto en uno de los muebles una lata de crema batida.

Continuará...

𝒫𝒶𝓇𝑒𝒿𝒶 𝒹𝑒 𝓊𝓃 𝑀𝒶𝒻𝒾𝑜𝓈𝑜 ✻ 𝒮𝒶𝓈𝓊𝓃𝒶𝓇𝓊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora