Quédate

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El sonido del ascensor anunció mi parada, en el ultimo piso de este enorme edificio que poseía mi esposa Lena Luthor, eran pasadas las nueve de la noche, por lo que no me sorprendo que este todo en silencio, Jess la asistente de Lena, debe tener horas que se fue, respiro profundo antes de entrar, a pesar de que me prepare haces días para esto, no me siento lista, tomo una última respiración profunda y abro la puerta.

Como de costumbre Lena estaba escribiendo furiosamente en su laptop, muy concentrada que casi no notó mi presencia, por lo que limpié mi garganta para llamar su atención. La expresión de sorpresa y confusión cruzan por su rostro.

—¿Qué haces aquí cariño?. Te dije por teléfono hace rato que estaría en casa en 1 hora.— Declaró algo irritada. —Lo que me dio en valor para lo que vine hacer, apreté mis puños con fuerza y la miré con voz firme deje salir las dos palabras que cambiaría todo.

—¡Quiero el divorcio! .


Todo el color huyó del rostro de Lena y soltó un jadeo.

—¿Espera qué?. Responde levantándose y se sitúa en frente de mí sin la barrera del escritorio. Da unos pasos y me toma las manos. Cariño sea lo que sea podemos resolverlo, se que hemos tenido muchos problemas últimamente, pero podemos trabajar en eso. —Lena intenta negociar.


Niego con la cabeza y me suelto de su agarre. —No Lena este matrimonio no es una transacción comercial, ya terminé de intentarlo, no puedo soportarlo más, eres una adicta al trabajo, no tienes tiempo para mí en tú vida, siempre me dices que vas a mejorar y solo lo haces por un momento y vuelves a caer en el mismo círculo donde solo importa los temas de la empresa, haces meses tuvimos la conversación de que finalmente íbamos hacer crecer la familia, ¿y que intento hemos hecho para lograr eso?, ninguno porque ya ni siquiera hacemos el amor, tú siempre estás demasiado ocupada o demasiado cansada. Lagrimas comenzaron a deslizarse en las mejillas de Lena, intentaba decir algo, pero nada parecía salir de sus labios.

—Es lo mejor para las dos, solo nos estamos haciendo año. ¿Me duele sabes?. Estoy cansada de siempre estar esperando en casa por ti llegas muy tarde , y te vas demasiado temprano, no hemos tenido vacaciones juntas en años, y llevamos seis años juntas, de los cuales tenemos tres de casadas, y ¿mira cuanta distancia hay entre nosotras ahora?. —Todo esto lo dije gesticulando con mis manos.

—Yo sé que no he sido la mejor esposa los últimos meses Kar, pero estaba trabajando en un proyecto importante y luego te pensaba recompensar, pero ahora sé que he actuado horrible de forma egoísta, lamento mucho que te hayas sentido así de mal, pero por favor hablemos, aun podemos resolverlo. —Todo eso lo dijo en tono de súplica, mi corazón se contrajo en mi pecho rompiéndose en miles de pedazos, dejándome sin aire, hacer esto me mataba pero era la única manera por ahora..

Niego con la cabeza y me permito mirarla nuevamente, sus hermosos ojos verdes brillaban con lágrimas. —No Lena, hemos terminado, en Catco me mandaron a una conferencia para cubrir en New York me iré por una semana, mi vuelo sale en tres horas, a mi regreso recogeré mis cosas o si es demasiado para ti mandaré a Alex, lo último que quiero es causarte más molestias.

—¡Kara, por favor, no nos hagas esto!. —Lo siento Lena, pero es lo correcto. Te amo, siempre lo hecho y siempre lo haré, pero no puedo seguir contigo, porque duele estar en una relación y sentirse solo, y sola es lo que me has hecho sentir, doy un paso adelante y acuno su rostro entre mis manos y uniendo nuestras frentes. —Por favor mantente a salvo, dejo un beso prolongado en su frente y me alejo, dando los últimos pasos fuera de su oficina, obligándome a no mirar atrás.

*********

No podía procesar lo que acaba de pasar, Kara me dejó, mi cuerpo empieza a temblar por los sollozos que salían de mi pecho, sentía que las paredes se cerraban dejándome sin aire, no podía ser que todo haya acabado así, todos los sentimientos de culpa me invaden, porqué todo lo que dijo mi rubia era cierto, La abandone, deje de cuidar nuestras relación y de demostrarle que me importaba, todas mis inseguridades me invadieron, haciéndome recordar a mi madrastra, con esas palabras que era cuchillos que atravesaban mi alma.

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