"...somewhere in the haze
got sense i'd been betrayed."
—The Great War,
Taylor Swift.Daphne Gray
—¡¡JULES, DESPIERTA, NOS VAMOS DE BODA!! —le grité a mi amiga mientras aporreaba la puerta.
—Que... ya voy... voy... –balbuceó.
Genial.
Todavía quedaban cuatro horas para que tuvieramos que estar allí, pero me gustaba ir con tiempo.
Mientras tanto, fui al baño a terminar de arreglarme el cabello. Escuché como Jules salía de la habitación y entró a hacer pis.
—¿Sabes que hay maneras más amables de despertar a alguien? –preguntó mientras se subía los pantalones.
—¿Sabes que existen despertadores?
Me hizo una peineta y cerré la puerta del baño con el pie.
Me miré al espejo al terminar. Solo me había ondulado un poco el cabello y maquillado ligeramente. Yo, a diferencia de Jules, ya llevaba la ropa puesta.
Mi vestido era de color verde pistacho claro, la espalda abierta al igual que una pierna iba descubierta. Era de seda y su cuello era en triángulo en los pechos. Me llegaba por un poco más arriba de los tobillos pero al ser entallado, eso no me molestaba al caminar.
Sobre los zapatos; recuerdo tener muchas dudas. Al final me decanté por unas espardeñas de color blanco que se ataban con cintas de tela al tobillo, la punta se componía de un encaje de florecitas.
Me sonó el teléfono y descolgué sin siquiera mirar quien era.
—¿Diga?
—¡Rizos! –una voz conocida exclamó —. Soy yo, Dioniso, sí, sí.
—Hola, Dio, ¿pasa algo?
—No, nada, solo... ¿cómo vais? –preguntó.
—Con el tiempo justo pero bien. ¡JULES DATE PRISA! –interferí gritando.
—Vale, guay, oye... –dijo —. ¿Me guardarías un baile?
No me lo esperaba.
—Eh... —lo pensé —. Sí, claro, por qué no.
Al colgar me quedé algo sorprendida. No entendía porque Dylan quería bailar conmigo, nunca había sido así antes.
Nos terminamos de arreglar y finalmente fuimos a la boda. Nos llevo mi madre en coche mientras escuchábamos alguna canción de Taylor Swift y alguna otra de Harry Styles.
Al llegar, todo el mundo estaba vestido de punta en blanco en la playa. Localicé a Aaron con Dylan por el altar y decidí acercarme.
—¡Hey, rizos! –me gritó Dylan mientras yo iba para allá —. Ven aquí –me dió un medio abrazo, rodeándome los hombros.
—Hola Juls –le dijo a ella mientras tanto Aaron —. Y hola Daph –me miró a mí, finalmente.
Iba guapísimo. El traje azul marino le quedaba tal y como esperaba de bien.
Dylan llevaba la corbata roja, me llamó mucho la atención, pero bueno, así era él.
—Buenas –alguien se acercó a nosotros.
—Harper –dijo Juls.
—Juls.
Vale, aquello fue raro, así que decidimos los demás irnos a sentarnos ya que la ceremonia estaba por empezar.
Esta fue tranquila aunque divertida. La madre de Dylan estaba algo mal de la cabeza, honestamente, pero eso lo hizo entretenido.
Después solo comimos en el banquete, y después, el gran baile.
—¿Me concederías este baile, señorita Grey? –se ofreció Aaron.
Yo estaba sonriendo, y antes de decir nada, otra mano se metió en medio de nosotros.
—Oh, lo siento, ella está cogida ahora mismo –dijo Dylan —. Me debe un baile.
Dylan me arrastró con él hacia la pista, pegándome a su pecho.
—Vaya, un poco violento, ¿no crees? –le dije.
—Bueno, es que me lo debías, me iba a poner celoso si no –sonrió de lado y yo meneé la cabeza, negando.
—Vas borracho, ¿a que si?
—¿Yo? ¿En la boda de mi mismísima madre? –rodó los ojos —. Porfavor, ricitos, ¿por quién me tomas?
Yo me reí.
—¡Por Dylan Cock! Te conozco más de lo que crees, guapo.
—¿Ah, si? ¿Y siempre me ves venir de lejos?
—La mayoría de veces sí, se nota siempre cuando maquinas algo ahí arriba –señalé su cabeza con la mirada.
—¿Y puedes ver esto? ¿Lo que voy a hacer? –me miró fijamente a los ojos.
Yo me quedé extrañada, no entendía muy bien de qué iba todo eso.
—¿De qué estás habland...?
No me dió tiempo a acabar ya que Dylan ya había plantado sus labios sobre los míos.
Me aparté enseguida sobresaltada por la situación y porque oí como alguien se acercaba rápidamente.
—¡Hijo de la gran puta! –Aaron le aporreó un buen puñetazo en el pómulo a Dylan, tumbándolo.
—¡Aaron! –grité yo, intentando pararlo.
—Vamonos, Daph, ¡vámonos! –Jules me agarraba de la cintura, tirando de mi.
—¡No podemos! Se van... –ya estaba llorando —. ¡Se van a matar!
—No lo harán, iros, tranquilas, yo me encargo de ellos –nos dijo Harper.
—¡Joder, primo! –gritó Alex viendo la situación —. Sí, te ayudo también, alguien de la familia tendrá que llevarse a Dylan.
Nosotras nos alejabamos, yo llorando, Jules preocupada, ambas escuchando los gritos, insultos y golpes que todavía había en la sala.
—Dios, no me puedo creer que haya pasado eso –le dije a Jules llorando, una vez fuera y de camino al apartamento, ya más tranquilas.
—¿Por qué Dylan ha hecho algo así? Él sabe que tú y Aaron... bueno, ya sabes.
—Estaba borracho, pero aún así... No lo entiendo –miré asustada a Jules —. ¿Crees que le gusto? Dios mio, no puede ser.
—Relájate, Daph, no creo que sea eso... No veo a Dylan capaz de algo así.
—Bueno, me ha besado, no sé que más esperar...
—Espera, ¿te ha besado él a ti? –Jules paró de andar.
—¡Claro! ¿Qué creías?
—¡No lo sé! Pero Aaron cree que os habéis besado, en plural, porque estábamos fuera con Harper y al entrar ha sido lo primero que hemos visto –me dijo.
—¡¿Qué?! ¡No! Joder, la hemos liado... ¡Aaron va a estar enfadadísimo!
—Daph, la única que debe estarlo eres tú con Dylan, yo le diría un par de cosas... –me dijo Jules.
Y tenía razón, no podía creer que alguien tan amigo mío como lo era Dylan hubiera podido hacerle una traición tan increíble a su hermano, prácticamente.
Dylan me había besado sabiendo lo mío con Aaron.
Dylan había traicionado a Aaron.
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Amor Bonus [1]
RomanceAmor bonus: topico literario que define el amor bueno como aquel que se vive principalmente de manera espiritual. Amor eterno. Amor puro. *** Daphne Gray y su mejor amiga, Jules White, se van un verano de vacaciones a Grace Bay, una isla con aguas c...