Capitulo 9

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Al día siguiente Sakura decidió salir de la habitación. No debía estar llorando cuando ella misma quiso tener relaciones sexuales con Sasuke. Cuando salió del cuarto era pasada la hora de almuerzo. Llego hasta el comedor y la comida para ella estaba servida y tapada.

Sonrió. Solo Sasuke ha tenido esa consideraciones con ella, tal vez sea porque crea que no sabe cocinar, lo cual es cierto. Pero aun así, ni siquiera su madre le atendía de esa forma. Todo lo dejaba a las empleadas.

- Debería aprender a cocinar – dije en un susurro.

Se sentó y empezó a comer lo que Sasuke había preparado. Filete de pescado con arroz y verduras. Termino de comer, estaba delicioso.

- *Me pregunto. ¿Quién le habrá enseñado a cocinar? ¿Su madre?* - pensé. Había tanto de Sasuke que no sabía. De hecho, aun no sabía su apellido. Todo un misterio.

Lleve los platos hasta la cocina y los lavo. Los seco y los coloco en su lugar. Salio de la cocina para buscar a Sasuke. Probablemente estaría en su gimnasio privado. Bajo al sótano. Efectivamente estaba allí. Solo con una pantalones cortos de ejercicio.

Se veía tan sexy y los tatuajes en su espalda y brazos le daban aun mas ese aire de chico malo. Estaba haciendo movimientos de artes marciales. No sabia de que tipo. Pero verlo hacer eso era increíble. Otra vez le lo había quedando viendo mucho tiempo. Ahora la estaba viendo. Camino hacia ella.

- Como te sientes – murmuro con voz ronca. Frunciendo las cejas.

- Estoy bien – dije. No quería discutir sobre el dolor de la primera vez.

Después de que terminara su rutina de ejercicio. Saco a Aoda a pasear unas horas después regreso. Ella estaba en la sala leyendo unos de los libros de su biblioteca. Lo vio ir hacia su habitación. Treinta minutos después salió del cuarto. Vestía unos vaqueros con unas botas Cartepillar, una camiseta blanca y una chaqueta de cuero negra. Esta vez no tenía el parche puesto.

- Sakura – dijo su nombre. Parpadee. Dios debo dejar de mirarlo así.

- Si – dije con las mejillas sonrojada.

- Vamos a la ciudad – le miro fijamente – Te quieres cambiar o vas a ir así -

Estaba vestida con unos pantalones cortos y una blusa sin mangas. Nego con la cabeza y fue a su habitación y se coloco unos jeans con una blusa manga larga de color rosa pálido y una chaqueta de cuero negra y unos converse. Juro que no lo hice a propósito. Es todo lo que tiene.

Ella no pregunto porque de repente quería llevársela a esas salidas que hacia. Solo quería ver la ciudad otra vez. En vez de ir en su auto fueron en su motocicleta. Que no sabia que tenia.

Lo vio tomar la motocicleta en vez de su Mustang negro. Se subio sin sostenerse de él. Cuando arranco de un impulso se agarro a la cintura de él. No estaba segura. Pero siento como si él estuviera medio sonriendo. Una hora después llegaron a una zona bastante concurrida de Nueva York. Parqueo y la guio a un establecimiento. Parecía un bar.

- Necesito recopilar información. No te apartes de mi – dijo en un tono serio. Ella asintió.

Antes no se había dado cuenta. Pero llevaba armas de fuego y blancas. La chaqueta las tapaba. Solo podías verlas si estabas lo suficientemente cerca como ella. Entraron al lugar y se sentaron en una mesa que parecía estar cerca de otra salida.

Unas cuantas horas habían pasado. El bar también servía comida. Comieron y luego pidieron unas bebidas. En ningún momento ella supo que era lo que hacían en ese lugar. Dijo que recopilaría información, pero él no le ha preguntado a nadie absolutamente nada. Solo está sentado con los ojos cerrados a veces los abre y bebe su cerveza con su rostro sin expresión.

Asesinos de ÉliteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora