En este fanfic no se planea romantizar ni normalizar absolutamente nada de lo que pasa. El único fin es de desahogo por parte de la vida del autor. No quiero ver personas quejándose de esto y de lo otro porque desde el inicio aclaro que no romántizo, y tampoco quiero que cambien su perspectiva hacia algúnpersonaje.
¡ESTO ES MERAMENTE FANFICTION!
¡TW!
- ¡No quiero hacer esto!
- ¡Quédate quieta!
- ¡Por favor, déjame!
- Sigue soñando, perra.
Luca se levantó exaltado, su pecho subía y bajaba rápidamente intentando regular su respiración, tres segundos en los que no supo dónde estaba, quién era, ni qué pasaba, todo estaba oscuro y parecía no haber mucha diferencia entre tener los ojos abiertos o cerrados, salvo por una pequeña línea de luz emitida por las farolas callejeras que se colaba por el pequeño espacio entre la ventana y sus cortinas negras.
No sabía qué hora era, seguramente era de madrugada, sólo sabía que había tenido una vez más ese tipo de sueños donde los recuerdos de su pasado lo atormentaban, donde estaba este chico mayor que él destruyendo cada pequeña pizca de su felicidad como si de romper hojas de papel se tratase.
Echó un vistazo por toda su oscura habitación, asegurándose de que no había nada que pudiera hacerle daño ahora mismo, y poco a poco fue cerrando sus ojos, hasta quedar una vez más profundamente dormido.
Le esperaba un gran día mañana.
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- ¡Luna, hija. Baja a desayunar! - Camila gritó desde la cocina mientras dejaba un par de platos en la mesa, sólo sería ella y Luca, pues Manny ya se encontraba trabajando.
Una pequeña punzada en su pecho.
- ¡Ya voy mamá, estoy terminando de alistarme! - Respondió.
Doble nudo en cada agujeta de sus zapatos, con esto se aseguraba de que no se soltaran en lo largo del día.
Él se acercó lentamente al primer cajón de su escritorio y sacó de este un pin de una bandera azul, rosa y blanca que decía "He/Him" con negro en el centro, guardó el pin en su bolsillo, no quería problemas usándolo dentro de la casa, y se dirigió al comedor.
- Te he dicho que deberías levantarte más temprano, así no tendrías que comer a las carreras.
- Así estoy bien, mamá, comer despacio es aburrido. Prefiero usar ese tiempo en dormir un rato más.
Camila rodó sus ojos mientras dejaba escapar una pequeña risita de sus labios.
