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El aire fresco de la noche le relajaba, por lo que solía sentarse en el balcón del lugar a disfrutar de las vistas de toda la ciudad o a continuar sus trabajos e investigaciones.

Ahora, con una copa de vino en su mano, disfrutaba del ruido de los automóviles y de las personas, distrayendo su mente para poder dejar de pensar por unos minutos.

Esta era la manera en la que sus pensamientos se apagaban momentáneamente , y era capaz de descansar del peso que tantas emociones le provocaban en su corazón.

Luzu quería descansar, lo necesitaba.

Su burbuja de soledad fue interrumpida cuando Vegetta decidió salir también al balcón en busca de aire fresco. Si hubiera sido cualquier otra persona le molestaría el ser interrumpido en aquel momento de paz, pero como se trataba de su mejor amigo no hubo malos sentimientos, solo un montón de agradecimiento.

Vegetta en silencio se apoyó en la baranda, mirando los edificios cercanos y a las personas que pasaban por abajo, y Luzu supo al segundo que algo estaba ocurriendo, puesto que no era tan común que su amigo estuviera tan callado.

—¿Ocurre algo?— Preguntó, llamando la atención de su amigo. Este se giró y lo observó unos segundos antes de volver a mirar a los edificios.

—La verdad es que no sé— Respondió, fijando su mirar en el balcón del edificio que se encontraba frente al suyo —Dime tú.

Esa respuesta no era la que Luzu esperaba, y la duda creció dentro de él. Entrecerró sus ojos sin llegar a entender a lo que se refería su mejor amigo.

—No entiendo de qué hablas, Vegetta.

—De la razón de todo esto que ha ocurrido, no he querido preguntar para no incomodarte porque se nota que el tema te duele aún, y te recibí en mi casa sin dudarlo porque me preocupo por ti y somos mejores amigos— Vegetta se giró, observándole directamente —Y cómo tu mejor amigo siento que tengo el derecho de saber qué te está ocurriendo y si te puedo ayudar de alguna manera.

Luzu bajó su cabeza hasta poder mirar sus zapatos, y junto sus manos a la vez que respiraba con calma para evitar llorar, sabía que tarde o temprano tendría que contar la verdad porque no podía mentir por siempre, pero no pensó en lo doloroso que sería tener que dejar salir esas palabras de su boca.

En silencio, golpeó el asiento vacío que se encontraba a su lado, y esperó a que su amigo estuviera sentado para mirarlo y suspirar, dispuesto a contar todo desde el principio.

—Quackity es, sin duda alguna, el hombre con el corazón más puro que me he topado en esta vida. Bastaron solo un par de meses para que me tuviera a sus pies, completamente enamorado de cada parte de su ser, aunque él se demoró un poco en notar eso— Dejó escapar una pequeña risa, mientras miraba a su alrededor —Cuando me contó lo mal que lo pasaba con sus padres, decidí invitarlo a vivir conmigo, él consiguió un trabajo y ahorró dinero por un tiempo hasta que se sintió listo para irse de ese infierno.

—Creo que me lo contó alguna vez, porque recuerdo saber eso— Vegetta puso su mano en su mentón mientras intentaba recordar.

—Es probable, confiaba en ti al ser mi amigo— Luzu lo observó por unos segundos —Así como confió en mí cuando le prometí que por nada del mundo me iría de su lado.

Los ojos de Luzu se volvieron cristalinos, sosteniendo todas las lágrimas que amenazaban con salir en cualquier segundo, guardó silencio por un instante mientras intentaba no llorar.

—Hace unos días lo llamé, lo vi fuera de la cafetería y sentí la necesidad de escuchar su voz, él pidió verme una vez más y acepté, porque también quería verlo— Pasó su mano por su cabello arreglando unos mechones sueltos —Lo besé, no lo pensé y simplemente lo besé con todas mis fuerzas, sé que está mal pero no me pude contener.

So, it's end? [Luckity​]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora