Capítulo uno

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Me encontraba yendo directo al lugar donde el casting sería realizado. Era en un edificio enrome donde todas las ventanas tenían un cristal polarizado que no permitía su visión. La elegancia se notaba desde cuadras atrás, y la cantidad de hombres y mujeres que entraban para poder ser fotografiados digamos que no eran pocas. Era un sin fin de modelos reconocidos, que hasta yo hace un tiempo moría por conocer, pero prácticamente hemos trabajado en conjunto y me acostumbré.

— Buenos días— una mujer bastante mayor alza la vista y me sonríe—. Vengo por el casting de modelos.

— Espere, espere— busca algo entre el papeleo que tiene sobre el escritorio. Me fijo en su mano y veo que sostiene un teléfono y unos lentes. Me mira de arriba a abajo para luego hacerlo con su teléfono, repitiendo el proceso dos o tres veces—. Ay que eres tú.

— Pues sí, Katherine...— no termino de decir mi nombre y apellido cuando tira de mi brazo para llevarme al ascensor.

— Te esperan, y qué linda que eres mujer— cuando paso casi empujada por ella, la misma mujer se encarga de presionar el botón del piso al que voy—. Por cierto, soy Masha— termina de decir cuando las puertas son completamente cerradas.

No tardo mucho en subir al piso número quince, donde hay un sinfín de gente con una vestimenta envidiable y unos papeles con más de diez hojas.

No creo que quede para esto, no tengo un currículum muy favorable o lleno de cosas. Trabajé para algunas marcas reconocidas, pero nada más. El único empleo que lo considero así, no como una campaña, fue de camarera en un restaurante hace tres meses, el dinero que guardé fue para poder mudarme. Estuve tiempo discutiendo con mis padres por no llevarme dinero que ellos querían darme, pero gracias a todos los cielos aceptaron mi decisión. He de admitir que con el modelaje me pagaban muy bien y tenía varias ganancias, pero tuve que abandonarlo hace un tiempo y me centré en lo demás.

Por eso vine a Manhattan, a poder vivir y ser lo que realmente quiero. Yo soy una modelo, porque así me siento, no una camarera porque no me veo de ese modo. No digo que ser una esté mal, sino que no me reflejo en ese empleo y no me veo de mayor andando de un lado para el otro.

"Tú puedes ser lo que quieras ser"

Gracias, Barbie, estoy siguiendo tus consejos.

Volviendo al tema de la entrevista, siento que mis estándares no caben dentro de las mil mujeres muchísimo mejores que hay aquí, ¿porque quién soy yo al lado de ellas? las cuerpo bonito, cabello lacio, ojos azules, pómulos regordetes y curvas de impacto. Porque soy una simple chica que no ha llegado a ser más que una mortal común que vive por allí. No tengo dinero como muchas de ellas, pero sé que tengo valores y principios, que por más que me desviva por mi trabajo tengo límites; cosa que aunque no me guste de las demás chicas que lo pasan por alto por conseguir cualquier cosa.

Envidio como era de pequeña, con ojos claros y cabello bien formado, porque ahora mis orbes son mas oscuras que antes. Supuestamente mi madre hasta los cuatro años tuve el cabello rubio, que luego con el pasar del tiempo se fue tornando a un castaño y terminó en ser como una noche de tormenta, negra.

Lo único que quiero es que me escojan dentro de todas las mujeres perfectas, porque aunque las modelos seamos seguras ante la cámara, detrás de ello hay miles de historias que no contamos ni demostramos. Porque ninguno sabe lo que pasa detrás de una fotografía.

— Daniela Nuñez— la primera de ellas es llamada, y los nervios aunque sea la número diecisiete ya comienzan a notarse.

Cuando los demás pasan, ya vamos una hora y media de casting. Lo que hacen según lo que he escuchado por ahí es preguntarte cosas y hacer una sección fotográfica. No creo que sea muy difícil, nada de esto puede salir mal.

El Fotógrafo Enigmático.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora