-¡Emily!, cariño, llegaste hija, ¿Cómo estas corazón?- dijo la madre abrazando cálidamente a su hija
Para Emily ya eran costumbre estos repentinos cambios de humor de su madre, podía pasar de estar feliz a estar completamente histérica en cuestión de minutos.
-hola mama- dijo la pelinegra recibiendo el abrazo de su madre, tratando de tocar su cuerpo con el suyo lo menos posible
Emily se saco un peso de encima al darse cuenta que su madre no supo nada de aquel "accidente", ocurrido hace unas pocas horas en la escuela.
-cariño, tengo que darte una noticia mientras cenamos, ve a lavarte las manos y cámbiate esa ropa- dijo Katherine
lo había olvidado, su ropa aun tenia manchas de sangre, agradecía que estaba vestida de negro. la pelinegra asintió y subió rápidamente para ponerse su pijama:
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(el cual le llegaba mas abajo de la rodillas)
bajo para ir a cenar
-hija tengo un gran noticia- dijo la madre sonriente
Emily asintió esperando que su madre le contara aquella "gran noticia"
-¡me casare y me iré a vivir a Milwaukee!- dijo la madre felizmente
aquella noticia le cayo como un balde de agua fría, había conseguido un amigo, un único amigo en toda su vida, había una pequeña chance de que su vida escolar mejorara, aquel chico de ojos negros.
-pero, mama, yo, tengo amigos, no puedo irme..- dijo con la voz quebrada
la madre hizo una pequeña risa sarcástica
-¿que te hace pensar que vendrás conmigo?, Jack no quiere hijos, te quedaras aquí-
-pero, no me puedo quedar sola-- fue interrumpida
-no seas hipócrita, has estado todos estos años sola en tu cuarto, ya sabes vivir sola- dijo la madre parándose de la mesa
-mama, ¿Dónde vas?- dijo Emily con la voz quebrada
-a buscar mis maletas, Jack esta por llegar a buscarme, deje un poco de almuerzo para mañana en la nevera-
dé repente sonó la bocina de el auto
-ya llego, adiós niña- le dijo Katherine a su hija y luego corrió para subirse a el auto, el cual arranco de inmediato
Emily se quedo en el marco de la puerta, sin saber que hacer, era una chica de 16 años, sin dinero, sin mas comida mas que un plato de fideos y salsa en el microondas, sin saber que hacer. Entro a su casa, se puso una chaqueta negra y se puso unas converse, luego salio de su casa, sin rumbo alguno, simplemente no sabia que hacer, no tenia amigos, nadie a quien ir a visitar para llorar en su hombro, tampoco es que lo necesitara, vivio todos esos años conteniendo sus lagrimas, ya no queria llorar, solo queria huir...
