•CAPÍTULO 16•

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Salimos de la empresa, exhaustos después de una larga jornada de trabajo con Vitali, Leonid y Pedro

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Salimos de la empresa, exhaustos después de una larga jornada de trabajo con Vitali, Leonid y Pedro. La tensión de los últimos días se había acumulado, y todos estábamos ansiosos por dejar atrás las preocupaciones, aunque solo fuera por un rato. Subimos al coche y comenzamos a alejarnos del edificio, el sonido del motor resonando en la noche.

De repente, un fuerte estruendo sacudió el aire, como un trueno que retumbaba en nuestros pechos. Pedro frenó en seco, y el coche se detuvo abruptamente.

Sin pensarlo, salimos del vehículo para ver la escena que se desarrollaba ante nosotros.

La empresa estaba siendo consumida por una explosión, una inmensa bola de fuego y humo que iluminaba la noche como si el sol hubiera decidido emerger en pleno ocaso. El calor del fuego nos golpeó, y el estruendo hizo que mis oídos zumbaran.

-¡Mierda! -exclamó Vitali, su rostro pálido ante la visión devastadora.

-¡Qué diablos! -gritó Leonid, sus ojos abiertos como platos mientras miraba la escena con incredulidad.

Me quedé allí, en estado de shock, sin poder creer lo que estaba viendo. La adrenalina comenzaba a fluir, pero la incredulidad me mantenía anclado en el lugar.

-¿Qué carajos ha pasado? -pregunté, tratando de encontrar respuestas en la mirada de mis compañeros.

Vitali sacudió la cabeza, incapaz de articular una respuesta. La confusión en su rostro reflejaba mis propios pensamientos. No podía imaginar quién podría haber llevado a cabo un ataque de tal magnitud. La empresa no solo era un edificio; era el núcleo de nuestra operación, un símbolo de nuestro poder y control.

-Tenemos que movernos -dijo Pedro, intentando recuperar el control de la situación- Esto no fue un accidente. Alguien está detrás de esto.

El caos de la escena comenzó a tomar forma a nuestro alrededor, con gritos de pánico y personas corriendo en todas direcciones. La imagen de nuestro trabajo, de nuestras vidas, ardiendo en llamas era casi demasiado para soportar.

-Necesitamos investigar -dijo Leonid, su voz firme-No podemos quedarnos aquí. Podrían haber más explosivos.

Asentí, sintiendo una oleada de determinación recorrerme. No podía permitir que este ataque quedara sin respuesta. La seguridad de nuestro grupo y de nuestras familias estaba en juego. Con un último vistazo al fuego que devoraba nuestra empresa, volví al coche, la mente llena de planes y preguntas.

-Vamos a la base -dije, el tono de mi voz grave-. Necesitamos reunir a todos y entender qué está pasando. Esto no se queda así.

Con los corazones aún latiendo fuerte, nos subimos de nuevo al coche, la noche oscura y amenazante que nos rodeaba. Tenía la certeza de que este no era el final. Era solo el comienzo de una guerra que estábamos decididos a ganar.

#1- Aún no es nuestro momento                              (BORRADOR-COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora