Capítulo IV

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CAPÍTULO CUATRO:
Sin lamentos, las decisiones han sido tomadas.

CAPÍTULO CUATRO:Sin lamentos, las decisiones han sido tomadas

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Lucerys.

 
 

Odio a Aemond.

No lo odio solamente porque me ha llamado bastardo una docena de veces desde que las clases de alto Valyrio empezaron hace tres días, si no porque insulta a mi madre cada vez que lo dice. Es su hermana, debería tener algo de respeto por ello.

Estamos en una de las habitaciones de estudio en dónde Daella también debería estar, pero hoy prefirió montar a wildfury, lo cual es raro.

—Mi príncipe no creo que esa sea la forma correcta de referirse al joven príncipe —intenta calmar las aguas el maestre.

Él está parado en un extremo de la mesa en dónde se encuentran los libros de aprendizaje, en cambio Aemond y yo estamos al frente suyo intentando ignorarnos. Al menos eso hacíamos hasta que por error crucé miradas y ahora no deja de molestar.

—¿Cuál príncipe? Los bastardos no pueden ser príncipes. Él debe llamarse Lord Strong, como su padre —discursea sin ningún tipo de arrepentimiento.

—Mi padre es Ser Laenor Velaryon y yo soy el príncipe Lucerys Velaryon por si no le ha quedado claro —le aclaro a la par que levanto el mentón y lo miro a los ojos. Él solo sonríe de forma burlona, otra vez.

—Eres igual de mentiroso que tú madre. —masculla sonriendo.

—Creo que las clases terminaron por hoy, me retiro —informa el maestre consternado.

—Entiendo que la presencia de un bastardo debe incomodarlo maestre, puede retirarse —dice Aemond pero el maestre ya está estirando la mano a la puerta.

—Deja de hablar de mi y mi madre, ella será tu reina algún día y no será igual de amable con todas las insinuaciones que crees que puedes soltar.

Intento calmar mi pulso para retirarme, pero Aemond no ha terminado de hablar estupideces.

—¿Mi reina? ¿Crees qué alguien como Rhaenyra será mi reina? la mujer que abrió las piernas al guardia de...

No llega a terminar la oración, con toda la estúpida fuerza del maldito mundo, golpeo su cara con mi puño.

Logro voltearla haciendo que se quede paralizado unos segundos, estoy seguro que no se lo esperaba. Cuando finalmente se reincorpora, me mira indignado, tiene el labio ensangrentado y parte de su mejilla raspada.

Se acerca a mí e intenta devolver el golpe por lo que pateo a cualquier lugar en el que le caiga. Aún así, no es suficiente, toma mis brazos y los aprieta con fuerza haciendo que suelte un quejido de dolor, luego aprovecha mi distracción para patear mis piernas y ponerme de rodillas y cuando creo que no se puede poner peor, saca una daga de entre sus ropas. Mierda.

Dragon's Blood || Lucemond - JacexfemaleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora