Leche (Mario x Luigi)

CAPÍTULO 4: DUCHA

Luigi se encontraba dándose una relajante ducha de agua caliente aprovechando que Mario iba a hacer esa misma noche la cena. Se estaba quitando el champú bajo la lluvia artificial pasándose sus manos por su cabello cuando de repente escuchó una voz.

¿?: “Hey Luigi.”

L: Se asustó y cerró el grifo de la regadera. “¿Mario, eres tú?”

M: “Así es Luigi.” Dijo detrás de él.

L: Saltó del asombro y rápidamente se tapó sus intimidades. “S-sabes b-bien q-que no me gusta q-que me vean d-desnudo.”

M: “Pero Luigi, somos hermanos. No tienes por qué avergonzarte.” Dijo con tono seductor. “Oye, ¿quieres divertirte un ratito aquí, en la ducha?”

L: “¿D-di-divertirme? N-no entiendo nada.”

M: “Déjame enseñarte.”

Pasó su mano por el cuerpo de Luigi hasta llegar dónde su pene y testículos tocándolos con suavidad y Luigi gemía. Al principio se asustó, pues nadie le había tocado por esa zona según él, pero después su miedo pasó a convertirse en excitación. Una sensación que él jamás había experimentado, y no sabía qué debía hacer.

L: “E-espera… n-no lo toques… *Pero… ¿por qué esto se siente tan bien?*”

M: “No lo ocultes Luigi. Los dos sabemos que te encanta.” No mentía.

L: “P-pero…”

M: “Venga, disfrútalo.”

La mano de Mario subía y bajaba por la erección del pequeño, quién no paraba de gemir de placer ante los movimientos de su hermano. Entre el agua caliente y la excitación Luigi se sentía como si de sus manos saldría fuego sin ni siquiera haber tocado una flor de fuego. En ningún momento se volteó a ver a Mario, ya que éste le pidió que no se girase, que simplemente disfrutase de aquella paja que le estaba dando. La mano libre de Mario recorrió la ingle de Luigi sintiendo la suavidad de sus mojados muslos y tocando sus testículos.

L: “Ah, Mario… y-yo…”
M: “Ahora Luigi. Haz que salga.”

Y así lo hizo: su semen salió con fuerza disparado llegando a la pared en frente de Luigi. Su respiración era agitada, su corazón latía a un ritmo frenético y su cuerpo se sentía que iba a derrumbarse. Puede que para él fuese algo totalmente nuevo, pero en lo más profundo de su corazón reconocía que le encantó. De pronto alguien llamó a la puerta del baño.

M: “Luigi, ¿qué pasa ahí dentro?”

L: Se giró y descubrió que Mario no se encontraba detrás de él. “¿Mario?”

M: “Claro que soy Mario. ¿Por qué gritaste mi nombre? ¿Te has hecho daño?”

L: “N-no… s-solo es que… me pareció ver algo extraño por la ventana, pero era solamente un pajarito, je, je.” Mintió.

M: “Ah bueno. No tardes mucho que la cena casi está lista.”

L: “Oki Doki.” Ya los pasos de Mario se alejaron Luigi cerró la regadera. “*¿Qué es lo que me ha pasado? ¿Todo fue un sueño?*” Miró lo poco que quedaba de su semilla. “*¿Qué es este líquido blanco que ha salido de mi pene? ¿¡Y si estoy enfermo!?*”

Volviendo a Mario éste se detuvo quedándose pálido sabiendo que su hermano había aprendido a masturbarse, y todo por su maldita obsesión. Temía que Luigi se hubiese quebrado por completo, temía que su dulce e inocente hermanito hubiese muerto, pero debía de ser fuerte.

Qué os está pareciendo?
No os preocupéis, pronto estará la continuación.
Nos vemos 💕