La última lluvia.

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—¿Cuánto tiempo?— preguntó con los análisis en sus manos temblorosas. —...¿Cuánto tiempo es el que me queda?— a un paso de la agonía suspiro sin poder creer el diagnóstico clínico que su doctor le acaba de dar.

El hombre de bata blanca que está sentado detrás del escritorio analiza un poco la situación. El paciente que tiene frente a él no es un extraño, es su amigo. —Book, como médico sabes que no te puedo mentir.— baja la mirada mientras juega con el lapicero entre sus manos. —Para mi es difícil decirte esto...— tragó saliva.

—Suéltalo sin anestesia, Jimmy. Tú y yo sabemos que voy a morir, tarde o temprano. Solo quiero que me digas, ¿Cuánto tiempo de vida me queda?— su vida está arruinada eso lo sabe, pero eso no es lo que más le preocupa en este preciso momento.

—Si te sometes a un tratamiento en un hospital de oncología puede alargar un poco más tu tiempo de vida, sin ese tratamiento lo máximo que te quedaría de vida son... Ocho meses.— mordió su labio inferior con preocupación al ver al novio de su amigo desmoronarse en su consultorio. Lo había conocido años atrás debido a que Force Jiratchapong Srisang quien es su amigo y compañero de gimnasio se lo presentó como su pareja. —Book, te prometo que haremos todo lo posible por ganar esta batalla, si...

El joven que estaba llorando y abrazándose a sí mismo después de recibir la noticia, lo interrumpió. —Si acepto. ¿Cuál sería el resultado?

—Es como un juego de suerte donde apuestas, si todo sale bien podrías vivir algunos años más. No hay mucho que garantizar, pero puedes vivir más de los ocho meses que acabo de decirte. Puedes comentarlo con Force.

—No, mientras asimiló esta noticia, por favor, no le comentes absolutamente nada de esto a Force. Por favor Jimmy.— pidió mientras se limpiaba las lágrimas con el dorso de sus manos.

—Pero Book, él debería saberlo.

—Lo sé, pero no quiero que se enteré de esto. Yo no soportaría verlo sufrir a mi lado, él no se merece esto... No se merece sufrir al lado de un hombre que en algún momento puede morir. Déjame actuar a mi manera y... Ver qué es lo más conveniente.

—Si esa es tu decisión yo solamente puedo guardar silencio, después de todo soy un médico y cuando me gradué hice un juramento que me impide hablar de mis pacientes a menos que ellos me den permiso.

—Gracias por comprender.— forzó una sonrisa.

[...]

—¡Amor!— ese llamado lo saca de sus pensamientos y toma rápidamente las pastillas que el médico le ha recetado. —Ya estoy aquí.— un hombre alto y musculoso le sonríe con cariño antes de tomar su rostro entre sus manos y besar sus labios.

Una pequeña risa escapa de él. —Force.— no puede evitar sentirse embriagado de amor cuando el joven al que tanto ama lo llena de amor y cariño.

—Lamento mucho no haber podido acompañarte a tu consulta médica, pero el que no te haya acompañado no significa que no me preocupe por ti, ¿Cómo te fue?

Al igual que le es imposible salir de los fuertes brazos de su novio que lo abraza también le es imposible evadir sus preguntas. —Todo bien, solo es una gastritis.— miente, es la primera vez que le dice mentiras a la persona que ama, sin embargo tendrá que acostumbrarse a mentirle más a menudo.

—¿Gastritis?, Book no habías presentado gastritis desde que eras niño, te dije que debías reducir tu consumo de picante, pero nunca me puedes obedecer.— suspira fuertemente. —Bueno, al menos es una gastritis y no algo más preocupante. Tus síntomas me preocuparon.

La última lluvia que juntos vimos caer. [ForceBook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora