Secreta OBSESIÓN ▪︎WheeByul▪︎

El fruto prohibido

La que por un instante se pronosticó como una noche bien acompañada, terminó siendo doblemente decepcionante y aún más solitaria.

Van Halen - Jump

Wheein abrió los ojos con la melodía en su teléfono. Muy animosa para como se sentía particularmente, pero nuevamente siendo presa de un acceso de inspiración, se levantó de la cama soltando bostezo en todo el pasillo antes de llegar al living donde encontró sus cuadernos de arte y se pudo disponer a dibujar.
La lista de reproducción seguía corriendo al par de unas horas más, cuando muchas páginas después el dolor de su cuello le hizo detenerse.

Estiró el cuello frotando los músculos de los dos hombros mientras giraba la cabeza soltando largos jadeos agotados.
Un par de golpes en la puerta llamaron su atención; Yongsun debía regresar con su auto, y siendo una amiga de años, que ella la viera despeinada, usando pantaletas y una blusa sin mangas no le resultaba vergonzoso.

Pero no se trataba de Yongsun.
Abrió la puerta con confianza para encontrar del otro lado a ByulYi, desgraciadamente demasiado guapa para lo descuidada que ella se veía.

Jeans skinny oscuros, cinturón de cuero negro y una camiseta negra con su cabellera prolijamente arreglada; si, ella era realmente hermosa.

Los ojos de la pelinegra la recorrieron de arriba abajo con una expresión anonadada y la única reacción de Wheein fue poner dos cortinas de cabello frente a ambos lados de su pecho, cubriendo que por supuesto no llevaba sujetador.

—Lo siento— ByulYi agachó la mirada
—No, no, es... está bien
—Llegará un auto de mudanza esta tarde, estoy dejándoles saber a todos para no darles molestias
—Ah... si, si, está bien, no te preocupes por mi
—Esto es inusual— Esa era la voz de Yongsun

Venía caminando por el andén. ByulYi giró hacia ella y dio una reverencia de saludo.

—¿9 de la mañana y recibes a tus vecinos en ropa interior?
—Crei que eras tu— Contestó Wheein
—¿Y así ibas a recibirme?
—Disculpen, tengo que irme— ByulYi pasó en medio de ambas y regresó al camino hacia su casa

Yongsun la siguió con la mirada seriamente hasta perderla de vista en la puerta de su casa.

—¿En pantaletas?
—Ya, déjame en paz, tu llegas tarde— Wheein le ofreció entrar
—No cargué mi teléfono ayer, tuve que esperar a tener suficiente batería— Le respondió mientras Wheein regresaba al recibidor
—Toma— Le entregó las llaves del auto
—¿Harás algo esta tarde?
—Dormir tal vez
-¿Si vengo a verte cambiarías de idea?

Wheein frunció los labios y no contestó. Yongsun suspiró y volvió a sonreír.

—No tenemos que hacer algo hoy, está bien. Te llamaré más tarde

Yongsun tomó las llaves de su auto y, con Wheein mirándola desde la ventana, se despidió con la mano; una fría y muy distante despedida.
Una vez el sonido del auto alejándose fue inaudible, Wheein caminó de regreso al living; su cuaderno de dibujo estaba lleno de trazos desordenados de manos delgadas, siluetas de una mujer de larga cabellera negra... ojos. Ojos negros, afilados e intensos.

Muy consciente de quien fue la fuente de inspiración para estos trazos, Wheein arrojó el cuaderno a cualquier lugar del living y se frotó el rostro con ambas manos.