El viaje de sus vidas

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En aquel sueño que tuve, pude tocar las nubes y acurrucarme en mis sueños, hasta pude ser una humana, quizás fue nada más que sueños, pero cuando empiezas a imaginarlos ves la realidad tras de ellos y como todo se cumple entonces cambias tu manera de ve el mundo, puedes apreciarlo observando las flores y su manera de crecer, por sí mismas.

—Cristal salió corriendo de la cama y se tumbó encima de Maira.

—Eres la mejor, si es que te quiero joder.

—¿A qué viene tu entusiasmo?

—Mis padres quieren que me quede, dice que estar allí sería lo peor para mí.

—Me alegro.

—Abril, nos quedamos.

—¿Y Maira?

—Huiré, seré cantante.

—¿En serio?

—Quiero lograr algo y tal vez necesitaría irme.

— ¿En serio que nos dejas?

— No quiero dejaros, por qué os quiero, pero también quiero esto.

—¿Acaso no sospechas de que te engañé?

—No, porque yo tengo los papeles firmados.

—¡Entonces lo decidiste de la noche a la mañana? —Maira mirabas, sorprendiendo a Abril!

—Las lágrimas de Abril empezaron a caer —Dime que no es porque estoy una hija de puta contigo.

—No, por supuesto que no.

—Abril, Un día tú conseguirás pintar cuadros que hasta los hombres más ricos del mundo querrán comprar. Te casarás porque sin seres tú, maravillosa y tendrás la vida que siempre as querido.

—Pero no estarás tú para verlo, estarás ocupada llenando conciertos,

¿y nosotras qué?

—Vosotros siempre estáis aquí —Señala su corazón y nadie os podrá superar, es duro dejar algo y construir de nuevo, pero nada es imposible.

—No creo que pueda volar como tú.

—¿Por qué no?

— Porque le tengo miedo a fracasar, ya escuchaste a mis padres.

—Sí, pero no te escucho a ti.

—Maira no soy tú, Soy abril, una chica simple, que no puedes llegar ni a lo que sueña.

—A no...—Qué haces acaso estás loca —Maira empezó a sacar todos, los dibujos de Abril

—Y esto que, saco un dibujo de una playa.

—Eso es horrible.

—¿Estás de broma, no? —¿Sabes por qué la maestra no te lo cogió?

—Es horrible y ya está —Se lo intento quitar de las manos.

—Porque te vio indecisa.

—Es mentira.

—Mis sueños, están cumpliéndose, pero no me iré hasta que te vea que tú puedes con los tuyos.

—No tengo.

—Me marcho, cuando te sientas valiente me llamas.

Cerro la puerta y se fue y una sensación le recorrió el cuerpo.

—Que te ocurre, dijo Mía.

—No, puedo ayudar a todo el mundo.

—Es imposible ayudar a todo el mundo.

Eléctricamente enamorada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora