Para mi amado:
¡oh amado mío! ahora que la dama sombría está cada vez más cerca y que las vivencias están marcadas en nuestra piel ¿Qué pasará con nosotros?.
Con tristeza pienso y recuerdo esos momentos en los que la llama energética nos recorría el alma y nos volvía salvajes e incrédulos. Cariño te he amado en abundancia, más de lo que puedo comprender.
Te conocí cuando mi corazón sangraba y mi alma era consumida por el fuego eterno de la juventud. tomé tu mano en el momento perfecto, hicimos el trabajo que Dios ordenó y nos sentamos juntos para ver a los que hemos creado partir, partir y buscar sus rumbos.
Cariño ahora solo somos nosotros, las dudas me queman la mente y me apenan el alma. ¿Me sigues amando ahora que no soy jóven y hermosa?. ¿Me sigues amando ahora que solo puedo ofrecer una mirada cansada y orgullosa por lo que hemos conseguido?.
Le pido a mi señor continuamente, que cuando me abra las puertas de su sagrado reino, me permita, me permita llevar a mi hombre conmigo. Señor mío dime que cuando llegue el momento lo dejaras entrar. Padre dime si es que puedes.
Cariño te prometo que ni la dama sombría podrá separar nuestras desgastadas almas. Mi amor por ti durará hasta el último segundo de la existencia, cuando nuestro Dios sople la llama de la extinción y nuestro mundo apague su luz de vida.
Toma mi mano, mi desgastada mano y esperemos juntos la anhelada llegada de nuestra dama querida. Nuestro momento, el momento de ascender juntos, tal como en nuestros nostálgicos años de vida lo prometimos.
Te amo cariño mío...
