Lucero - [Inkerror] | •[Girls Love]•

Parte Única

ADVERTENCIA.

Está parte única contiene temas fuertes y delicados, narración muy gráfica, explícita y situaciones 18+ incluyendo también situaciones sexuales, a parte, de tratarse de un ship lésbico. Esas partes pueden ser omitidas si lo desean. Sin más que añadir, disfruten.

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Lucero.

Ink estaba devastada.

Pues, no creía lo que en sus manos temblorosas traía. Arrugando aquel papel con lágrimas agrias que ruedan por su preciosa heterocromía, y escuecen a fuego lento como brasas en pena.

Su mejor amiga, Error, se casaría en pocos días.

Aquel sobre con detalles dorados le tomó por sorpresa, ciertamente, nunca imaginó que está noticia llegaría, menos de alguien tan arisca cómo Error, quién decía que el amor es para idiotas hormonales y no tenía ningún sentido tal banal emoción, oh, como pasan los años. ¿Qué le hizo cambiar de parecer? He allí la cuestión. Tantos años sin verse si que le afectó en sobremanera.

Todo ese sobre, olía a su perfume. Tal como lo recordaba.

Una simple línea fue suficiente para hacerle temblar en ansiedad, y los recuerdos le golpearon de forma nítida.

Oía con claridad aquellas risas no tan frecuentes en la amargura de sus ojos color miel, oh, su cabello negro lacio y corto hasta el cuello que acentuaba una de las parte favoritas de su cuerpo, la clavícula, aquella bien marcada. Ah, y su cintura, bien moldeada, perfecta, tan estrecha, podía simplemente encajar sus dedos allí, trazar cuál pincel en dichosa tez cremosa y chocolatada.

Quizás fuese extraño que una artista prefiera un lienzo oscuro antes que uno blanco como leche pero, no había comparación cuando se trataba de Error. Era distinto. Una obra de arte que con gusto retrataría hasta la mínima hebra si tan solo pudiese.

La conocía, porque, era esa chica apartada del mundo en aquella esquina, al fondo, que pensaba que podría ser invisible debajo de una capucha. Aquella que no rió en su fallida presentación como la nueva del salón luego de haber cambiado quinta vez de escuela por culpa de sus bromas pesadas para nada agradables, a pesar, que fuese su método de hacer amigos porque a nadie le gustaba escucharla, querían que se callara al hablar demasiado. Todos se burlaban de sus pegatinas de gatitos, sus coletas extravagantes, alegando que parecía un payaso por su vestimenta de múltiples colores.

Alguien sumergida en los libros de la biblioteca, inconsciente del alrededor. Nadie se le acercaba, pues, sus ojos indicaban peligro por cualquier ángulo o eso le advirtieron. Ink solo pudo percibir todo su cuerpo lloroso, un dolor interminable en la profundidad de sus mieles, que muchos pensarían que la miel debía ser dulce... cuando quizás, podía convertirse en una melosa condena.

Su memoria era pésima, sin embargo, unas simples palabras, un nombre y acción bastaron para recordarla, la única niña que no se burló; el vibrato genuino de su voz... la primera vez que le habló.

A lo largo de su vida, había oído melodías tan hermosas pero ella... ganó todos los puntos al acelerar su corazón, aunque lo primero que oyó fueron insultos por tomar un libro suyo por equivocacion. En realidad, lo hizo a propósito, tenía curiosidad por saber que leía cada mañana, porque le ignoraba, por saber porque no se burló, porque no sonreía y sus ojos lloraban todos los días. 

O cuando descubrió que cada que la veía en la biblioteca como una acosadora dibujaba esa hermosa expresión de concentración, le pareció lo más tierno que sus grafitos pudieron contemplar, omitiendo las palabras hirientes al chocar sin querer y embarrarla de su chocolate.