Capítulo 8

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—¡Aly, espera! —la voz de Dahlia me alcanza justo cuando llego a una banca fuera del hospital—

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—¡Aly, espera! —la voz de Dahlia me alcanza justo cuando llego a una banca fuera del hospital—. Alyssa...

Cubro mi rostro con ambas manos y sacudo la cabeza. Ella se sienta a mi lado y rodea mis hombros con un brazo.

—Aly...—susurra.

—No puedo tener un bebé, Dahlia—la miro y no sé qué ve en mí, pero asiente lentamente y resopla.

—No tienes que decidirlo ahora—su voz es cautelosa—. Vamos a comer, reposa un poco y tómate un tiempo para pensarlo.

—Ya no quiero pensar—la voz se me quiebra y un sollozo escapa—. Estoy tan cansada de esto, Dahlia.

—Sé que no es fácil, pero escucha—aprieta mi mano—. Estaré a tu lado sin importar qué. Lo prometo.

Me abraza con fuerza y me aferro a ella. Resulta irónico que sienta que es la única a mi lado cuando llevamos tan poco tiempo juntas; antes de que llegara a nuestras vidas, Mark y Sebastián eran mis pilares, pero no puedo contar con ellos, no ahora.



Ignoré por completo la petición de Dahlia de quedarme en casa. Necesito trabajar y mantener mi mente ocupada o terminaré volviéndome loca. Ayer almorzamos juntas y me obligué también a cenar. Puede que aún no sepa lo que voy a hacer, pero necesito estar fuerte y saludable.

Nunca imaginé siquiera pensar en que el aborto sería una opción. No tengo nada en contra, pero ser mamá es uno de mis sueños. Y ahora... No tengo idea de qué hacer, porque tengo claro que no es el momento y que Mark no quiere hijos.

Fui al trabajo, mentí diciendo que el desmayo solo había sido por la falta de alimentos y después de un sermón de la directora, pude centrarme en mis niños. Ahora estoy en casa de Dahlia, ella tuvo que ir a casa para traerme más ropa y Mark... Martha dijo que ayer vino a verme y gracias al cielo no estaba.

Le pedí a Dahlia que no lo dejara pasar. Sé que no es justo, pero necesito espacio y tiempo para aclarar mi mente. Sigo debatiéndome y no encuentro solución a nada.

Salgo de la ducha y me tomo mi tiempo para secarme, aplicarme crema y la rutina de mis rizos. Desnuda me paseo por la habitación hasta lanzarme a la cama. Mi mano va a mi abdomen bajo por instinto y me maldigo internamente por ello. Una ligera corriente recorre mi cuerpo y me obliga a ponerme en pie.

Nuevamente en el baño, desnuda frente al espejo, observo mi abdomen. Nunca ha sido super plano ni nada y de hecho, sigue igual. La doctora le dijo a Dahlia que tengo apenas cinco semanas, pero el estrés de estos días y la verdadera falta de alimentación provocó el desmayo.

Me imagino siendo mamá y una ligera sonrisa se asoma en mis labios, pero pensar en ser una madre soltera, viendo a Mark cada cierto tiempo es... No puedo. Ya es bastante difícil pensar en que no volveremos a estar juntos, pero ¿que sea parte de mi vida sin ser nada más que el padre de mi bebé? No, no creo que sea tan fuerte.

Quiero que tú quieras [Elbdo #2] COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora