Naked Mild And Mad

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Chillo con el latigazo, toda su columna vertebral se alzó junto a un gemido que salió del fondo de su garganta, amaba con todo su ser lo que estaba viviendo.

Su chico claramente le leía la mente.

Hyunjin, el adulto más lindo de todo el edificio, con sus labios gruesos y rojizos, su lindo lunar bajo su ojo haciéndolo irresistible y esos ojos pequeños que observaban todo fijamente y ese nuevo corte y color que llevaba le quedaba explendido, eso dirían todos en su empresa, que él es él más deseado. No había hombre o mujer que no quería conquistarlo, era como la meta inalcanzable, por un detallito que todos se pasan, él tiene pareja. Llevan unos cinco años de relación, sólida y firme como un buen edificio, en esos cinco años se han conocido más que cualquiera que sus antiguas parejas lo hicieron, se confesaron cosas que nunca creían confesarle a nadie y incluso sus deseos más profundos. Su novio, Christopher Bang, lo conoció una tarde en su universidad, recuerda que estaba saliendo de comprar su café favorito, su Americano de siempre y tal como una película un chico guapo lo choco por estar corriendo, es bastante obvio como siguió, una cita y luego de unas miradas, quedaron totalmente flechados, el afortunado dirían muchos en su empresa.

Ambos cuando empezaron a conocerse no creían que iban a llegar tan lejos, ninguno de los dos lo pensó. Incluso en sus otros lados, no románticos y más sexuales, tampoco creían llegar tan lejos que sexo caliente en su cama. Pero, todo empieza inocente. Bueno, así fueron ellos, inocentes al inicio, solo tenían diecinueve, y solamente Hyunjin había tenido relaciones antes y ni siquiera era parecido a lo que tenía con Chan (apodo puesto por el chico del lunar), su sexo era fogoso, tenían una química implecable, ambos disfrutaban al cien porciento su tiempo juntos en la cama, terminaban sudoroso y jodidamente satisfechos. Algo que si Hyunjin confesaba, con su antigua pareja nunca pasaba. Pero así fueron, siempre iguales, no quisieron experimentar más que eso, sobrepasarse no era algo que deseaban o bueno, había un mentiroso en eso.

Hyunjin fue el primero en sugerir una idea para hacer algo distinto en sus actos sexuales, había hablado un poco de los fetiches más conocidos, incluso hablaron de que clase de porno miraban antes de conocerse y salieron dos cosas, el masoquismo y un fetiche que no creía real, el parcialismo, que consiste en la concentración excesiva de una parte del cuerpo, por raro suene, este fue el fetiche que pudieron entender de tanta charla de Chan.

—Entonces, ¿Mis manos te excitan?

—No es así cariño.

—¿Entonces? ¿Cómo?

—Besar tus manos, chuparlas, tus manos haciéndome una grandiosa mamada, eso sí me excitaría, solo verlas no me provocan algo. —Sonrio como si fuera lo más lógico que alguna día iba a escuchar.— Aunque esto es algo menor, me preocupa tu fetiche.

—Solo tienes que golpearme, azotarme y humillarme. —Fue su turno de sonreír, mientras disfrutaba de la cara de asombro de su lindo y ruloso novio.— Tranquilo, yo te diré cuando sea suficiente, tendremos una palabra de seguridad.

—Podríamos probar, si tú lo deseas Hyunnie.

Se le brillaron los ojos cuando escucho eso, su lindo chico se iba a arriesgar por él.

—¡Te amo! —Asi fue como se lanzó a los brazos de su chico musculoso y beso largamente sus labios.

Recuerda que ese mismo día fueron a una tienda de juguetes y compraron cosas que Hyunjin siempre había visto extasiado y nunca había querido comprar porque no tenía a nadie con quién probar. Compraron de todo un poco y algo nerviosos salieron sonrieron de la tienda, mientras se tomaban la mano mirándose con amor, porque sí, su relación no se basaba solo en sexo, toda su relación fue bastante bonita y abierta, con solo decir que Chan tuvo la valentía de enseñar a su lindo novio a su familia a unos meses de empezar su relación, fue mucha confianza pero valió la pena porque ahí seguían, totalmente felices del otro.

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