Capitulo 1: "Tyson, la bestia"

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Aclaración: contenido sensible y fuerte, lees bajo tu responsabilidad.

Bizarro, impresionante e imposible

son las palabras que definen la situación por la que pasó Wendy cuando tenía 9 años.

Ese día le dijo a su mamá que se quedara en casa y que no la vaya a buscarla a la escuela, puesto que era mediodía, ella saldría temprano ese día, no tenía taller de arte y no se quedaría hasta tarde como cada miércoles, así que volvería a casa.

El sol estaba en su esplendor, hacía calor, lo suficiente como para que Wendy llevara pantalones hasta la rodilla ese día, ella no era de mostrar sus piernas, no como las otras niñas.

Estando en el salón, cuando el reloj marcó las 12, se dirigió a la salida como todos los demás niños de todos los grados.

Se despidió de sus compañeras y emprendió el camino a casa, faltaba una sola casa para llegar a la suya, pero cuando estaba llegando, escuchó los fuertes ladridos de Tyson, el enorme perro de su vecino de enfrente, el señor Benson, lo que hizo que Wendy se quedara observando con curiosidad que pasaba. Solía darle escalofríos cuando escuchaba al animal, incluso estando desde la vereda de enfrente.

Sin embargo, en ese momento, le dio curiosidad y cruzo la calle para ver más de cerca, nunca lo había hecho, incluso su madre le había dicho muchas veces que nunca se acercara. Pero, desde que el vecino se mudó como hace 3 meses, ella siempre había visto al perro desde el patio de su casa.

A Wendy le encantaban los animales, con poca edad había tenido varios, entre ellos perros, eran su adoración, pero nunca había tenido uno del tamaño de Tyson.

Tyson era un pitbull, enorme y monstruoso, los vecinos lo apodaban "la bestia". Eso porque según su madre y los vecinos, el perro en varias ocasiones se había escapado de su cautiverio, saliendo a la calle y atacando a otros pobres animales, entre ellos pequeños perros que pasaban justo en el momento y lugar equivocado. Tyson los atacaba sin pudor, haciéndolos gritar y llorar de dolor, arrastrándolos a su casa, a su hogar para terminar su trabajo, terminando de la manera más cruel con sus vidas.

Eran incontables las veces que los vecinos salían de sus casas a ver qué era lo que pasaba, llamando a la policía y pidiendo ayuda a otros vecinos para lograr separar la desafortunada presa de los dientes sedientos de sangre de "la bestia", incluso sacrificando a los pobres animales heridos durante todo ese panorama, solo así lograban "calmar" y separar a Tyson del otro pobre animal, junto con el señor Benson, se podría decir que "ayudaba" cuando algo así pasaba.

Hasta gatos de todos los tamaños habían sufrido un terrible destino en las garras de Tyson, él se los llevaba a arrastras y los despedazaba, después se los comía.

El señor Benson fue denunciado muchas veces por esto también pero nunca hacían nada.

Wendy agradecía el hecho de que cuando pasaba esto, ella estaba en la escuela y no tenia que escuchar o presenciar algo así.

El animal solía ladrar casi todo el día todos los días, era como si ese perro estaba endemoniado, encadenado día y noche a un árbol, bajo el sol, gritaba quizá de hambre, de sed o simplemente estaba malditamente enojado por tener un dueño maltratador e idiota como lo era el señor Benson.

Ese hombre no lo golpeaba pero si lo abandonaba de alguna forma u otra a ese pobre animal. Quizá por eso hacía lo que hacía cuando lograba liberarse, de la rabia, resentimiento y enojo atacaba lo primero que se le cruzaba en el camino. A los ojos de Wendy, el pobre perro no tenía la culpa de ser como era, la culpa era de su dueño.

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⏰ Última actualización: Dec 11, 2022 ⏰

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