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Papas fritas (Drabble)

Tony no recuerda la última vez que cocinó para alguien, si es que acaso hubo una primera vez siquiera.

Y aún así, ahí estaba; cocinando hamburguesas para el cumpleaños de Steve Rogers.

Está bien festejar el cumpleaños de su novio soñado. Pero Tony ya no encuentra formas de festejar su cumpleaños. La primera vez hizo una fiesta que duró cinco días, de las cuales solo recuerda un día y medio; además de que Steve no es muy fiestero.

Al año siguiente, le regaló un espectáculo de pirotecnia tan impactante que uno de los trajes de Iron Man (manejado automáticamente) se prendió en fuego y se perdió en el océano. Tony ya lo encontró pero se echó a perder un traje en buen estado.

Y el año pasado, Tony le regaló una joya cara, la más cara que pudo encontrar. Tan cara que Steve nunca la usa por medio a que se pierda; y aunque Steve nunca se lo dijo, no es fan de los regalos materialistas.

Así que este año, Tony se quedó sin ideas. Lo estuvo pensando todo el año; y cuando llegó el 4 de julio, simplemente se levantó temprano (en silencio para no despertar a Steve), y fue directo a la cocina.

Sus movimientos eran torpes, un detalle extraño para el perfeccionista Stark. Y después de una horripilante hora, tenía preparada un par de carnes de hamburguesa cuya mitad estaba quemada y la otra cruda. También un tazón de papas fritas, donde las de abajo están tiesas y las de arriba congeladas.

—(Es oficial)—Piensa Tony mientras estira los brazos—(Espero que el estómago de Steve también sea de supersoldado).

Tony toma el tazón de las papas fritas para tirarlas a la basura hasta que observa a su guapo novio de pie en la puerta de la cocina.

—Buenos días—Dice Steve con una media sonrisa—Parece que despertaste con mucha energía.

—A diferencia de ti, cumpleañero—Tony observa las papas pseudo-fritas—Te besaría pero debo tirar a la basura tu regalo.

—¿Cocinaste para mí?—La sonrisa de Steve ya es encantadora, justo como a Tony le gusta.

—Cocinar suena a que es comestible, esto es una aberración de la humanidad—Tony camina hacia la cesta de basura pero Steve lo detiene—¿Qué pasa?

—Te esforzaste en cocinarla.

Tony conoce tan bien a Steve que ya se imagina el discurso que se avecina, así que habla para detenerlo.

—Sé que puedo darte algo mejor que esto—Tony apunta al tazón con su dedo—Esto, esto es mierda.

—Lenguaje cariño.

—Soy presumido, y eso incluye hacerle un detalle a mi perfecto y futuro esposo—Tony quería evitar a Steve pero este toma con delicadeza su rostro.

—Tony, cocinaste para mi—Steve toma una papa frita—Veamos que tal.

Steve se come la papa en dos mordiscos. Es cierto que su estómago también es de un supersoldado pero eso no evita que sea una experiencia...no grata.

—Tampoco tienes que mentir—Tony muestra una sonrisa sarcástica—Déjame tirarlo anda.

—Mejor déjalo en la mesa, no soy de esos hombres que les gusta tirar comida sí se puede salvar—Steve toma el tazón y lo deja en la mesa—No te tenía como un mal chef si soy sincero.

—Te llevaré al mejor restaurante del mundo, mereces que tu cumpleaños sea especial.

—Ya es especial—Steve acaricia el rostro de su pareja—Estás aquí, estamos en la cocina, podemos hacer un lindo desayuno, pasear al perro, ir al teatro...

—¿No te parece muy...poco?

—No, me parece lo ideal.

Steve por fin besa al castaño, el primer beso del día, el primero de su cumpleaños. Al separarse inevitablemente vuelven a besarse; donde Tony corresponde, sintiendo que su angustia también se ha quemado junto a las hamburguesas.

—Siempre tan humilde—Dice Tony en voz baja con una sonrisa—¿Quieres salvar este desastre?

—Quiero que lo salvemos juntos.

Tony sabe que no convencerá a Steve de lo contrario. Así que se deja llevar, es el día especial de Steve, así que no puede hacer mucho.

—Feliz cumpleaños—Dice Tony antes de volverlo a besar; el día apenas comenzaba.