🍷 Capítulo IV

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𝐄𝐋 𝐃𝐄𝐌𝐎𝐍𝐈𝐎 𝐃𝐄 𝐌𝐈 𝐇𝐀𝐁𝐈𝐓𝐀𝐂𝐈𝐎́𝐍
capitulo cuatro.

México tenía hambre y no sabía que hacer en ese momento teniendo al amigo de Argentina en casa. Se supone que no debía de salir de la habitación, pero no pudo evitarlo, quería conocer a las amistades del humano que habitaba la residencia. En otras ocasiones si no fuera Argentina el que vivía ahí, se la pasaría escondido y solo saldría por las noches, sin embargo; era Argentina, ya le tenía un pequeño cariño y no iba a desaparecer porque si, además de que no podía, no quería.

— ¿Podrías por favor parar? Solo hoy. — Argentina le pidió en susurro al entrar a la cocina con México. El más alto cruzó sus brazos, negándose. Argentina estaba a punto de explotar del coraje que ya le daba el demonio. — Chile es mi mejor amigo, eso es lo único que puedes saber, ahora vete.

— No quiero.

Argentina quería estampar su cabeza contra la pared de la frustración que estaba sintiendo. No podía creer que le estaba casi implorando a México que se esconda y no vuelva a salir de dónde sea que haya salido. No lo necesitaba cerca de Chile, que de por sí ya podía oler y tocar la tensión sexual que Chile tenía sobre México. Era algo obvio en ocasiones, no era de su agrado ver qué su amigo se caliente por alguien.

Mucho menos si ese alguien es un demonio sexual, que lucía... Increíblemente atractivo.

Sin darse cuenta, Argentina se le quedó viendo otra cosa a México.

— ¿Qué estás viendo, mi amor? — México le preguntó con una risa al final al verlo tan enfocado en una parte de su cuerpo.

— Deberías de abrochar esa camisa. — sugirió al salir de su pequeño trance, viendo a otro lado y apuntando al pecho descubierto del mayor. Era una muy grande distracción para Argentina y no quería verlo más.

— ¿Por qué? ¿Te molesta? — preguntó con una sonrisa. — puedes tocar si quieres, no tengo problema. — agarrando la mano de Argentina con cuidado para colocar está sobre su pecho. Tal vez así le den ganas de alimentarlo.

Argentina entró en pánico con la acción, por lo que solo quitó rápido su mano de ahí y se fue a hablar con Chile, queriendo salir con él a algún otro lugar. No quería quedarse en casa para nada. El chileno se confundió, no sabiendo el porque de la desesperación de su amigo de repente cuando todo estaba bien hacía unos minutos.

México los vio irse, por lo que solo bufó molesto, sentandose para poder pensar en lo que podía hacer. No iba a forzar a Argentina para tener relaciones eso era algo obvio, lo que menos quería era que el menor se sienta invadido sexualmente. No quería asustarlo, lo que deseaba era que Argentina se acerque primero a él, que tome la iniciativa y le diga que quiere hacerlo.

Al no poder salir de casa, se fue hasta la habitación para buscar algo interesante entre sus pertenencias. De entre sus cajones pudo obtener una foto donde aparecía Argentina y otros dos chicos; Uruguay y Paraguay, al parecer eran sus hermanos. Sonriendo por lo bonito que se veía Argentina en aquella foto, sonriendo, tan feliz y bonito como siempre.

Mirando la foto unos segundos más, el ruido de la puerta principal lo sacó de sus pensamientos. Habían tocado a la misma, por lo que fue a ver quién era sin pensarlo dos veces. Tal vez era Argentina que volvía a casa. Sonriendo, fue a abrir, esperando ver al solecito de su vida.

𝗘𝗟 𝗗𝗘𝗠𝗢𝗡𝗜𝗢 𝗗𝗘 𝗠𝗜 𝗛𝗔𝗕𝗜𝗧𝗔𝗖𝗜𝗢́𝗡 ! mexargDonde viven las historias. Descúbrelo ahora