Levi's diary

📖CIENTO TREINTA Y UNO📖

Lunes por la noche...

P. O. V. LEVI:

Todos se había marchado hacia poco tiempo, pues acordamos los detalles del plan para buscar a nuestros hijos, así como lo que haríamos si Historia tomaba acciones en nuestra contra por ese mismo plan de búsqueda. La única que se quedó, para poder más tarde relevarme, era Hange.

-¿Por qué pospusiste la búsqueda de los niños? - pregunto Ami cuando apenas se fueron.

-No tiene caso que vaya a ver a Historia justo ahora, si la dejamos pensar tal vez cambie de parecer. - le explique esperanzado. - Además, aún tengo asuntos contigo y con respecto al bebé, no puedo dejarte justo ahora, así.

-Pero Kai podría estar en peligro. Que pasa si... - comenzó a alterarse.

-Conozco a nuestro hijo, sobrevivió el fin de semana, estará bien. Es muy inteligente, sabe liderar y puede arreglárselas solo, también tiene a Kikyō que es una mente maestra como Armin; y con la fuerza de Carla en sus genes, realmente el unico que me preocupa es Niggel, pero confío en que nuestro hijo es capaz de mantenerlos a salvo a todos.

-Lo dices como si supieras donde esta o a lo que se enfrenta, pero no es así. Los tiempos cambian y también los peligros.

-Es verdad, pero estoy seguro de que no eduque a un niño frágil... - lo pensé muy bien y con una sonrisa añadí: - ¿Consentido? Si, bastante... Pero es tan capaz de sobrevivir, como nosotros lo fuimos.

-Y pensar que es lo que queríamos evitar. - suspiro afligida.

Deje mi lugar en la silla a su lado y me senté en el borde de la cama para poder sostener su barbilla con mi mano, obligándola a mirarme.

-No, es lo que yo quería evitar y es toda mi culpa, así que no te hagas responsable de esto. - le dije con seriedad.

-Me hago responsable porque también es mi hijo. - me respondió quitando mi mano de su rostro, pero sin bajar la mirada. Terca hasta el final. - Tomamos las decisiones juntos como familia, así que no me pidas darte toda la culpa a ti. También yo me equivoque muchas veces.

Suspire. De verdad que con ella no se podía razonar y menos cuando los residuos del alcohol de esta mañana aún seguían en mi sistema.

-Eres todo un dolor de cabeza, incluso aquí. - me queje.

-Estoy embarazada, no moribunda. - razonó divertida.

Sonreí, feliz porque el chiste no fuera chiste, sino la realidad. Me preocupaba imaginar que en el peor de los caso, si estuviera moribunda, en ese supuesto seguramente yo me habría vuelto loco al instante. Lleve una mano a su vientre, ella con cariño llevó las suyas y las puso sobre la mía.

-¿Qué haremos ahora? - pregunto en un susurro.

-Comenzar de nuevo, supongo. - me atreví a decir. - De nuevo a cambiar pañales, a dormir poco por los llantos...

-A pelear porque no se come la papilla y a limpiar vómitos... - me siguió el juego.

-A cuidar que no se golpee o se caiga...

-A lidiar con berrinches...

-A lavar y limpiar constantemente todo...

-A reparar todo lo que rompa...

De un momento a otros estallamos en carcajadas. No, no era el momento, pero se sentía bien, porque era lo único que necesitábamos para seguir adelante.

-Si, no extrañaba eso... - confesó Ami, aun entre risas. - Pero, ya espero a este bebé, no importa si es niño o niña, si es tan caótico como Kai o más tranquilo. Solo quiero tenerlo en mis brazos y darle todo mi amor... - hizo una pausa, la cual aprovecho para calmarse y no soltarse a llorar. - Fueron solo unos días, pero bastaron para que extrañara a mi Koinu y más ahora.

-Lo traeré de vuelta. - le asegure. - Lo traeré de vuelta, para resolver las cosas con él, pedirle perdón y contarle todo.

-¿Todo? Pero...

-Ya se... Se que dije que no se lo contaría nunca, pero todo esto empezó por ello. No quiero que se repita, así que lo mejor es contarle.

-Tendremos mucho de que hablar cuando vuelva a casa... - aceptó Ami con una expresión de orgullo que me hacía sentir como un niño.

La observe con cariño, no podía negar que era hermosa, pero como dicen siempre (y detesto que lo hagan): a veces es necesario perder algo, para darse cuenta de su valor.

-Sin duda. Tendrá mucho que contarle a su hermano o hermana... - reflexione imaginandome ese futuro hipotético, aunque tenía la ligera sensación de que se quedaría en eso, en nada más que un sueño de un futuro que jamás llegará.

Lunes en la madrugada...

P. O. V. KAI:

De nuevo no podia dormir, así que me quede mirando la foto de mis padres con Farlan e Isabel (en aquel que era mi lugar predilecto, es decir, el balcón fuera de la casa), mientras pensaba en que ojalá todos hubieran tenido el final feliz, que se supone yo vivía, se lo merecían.

-Deberías regresar a dormir, Carla. Que yo esté desvelado ya es demasiado problema, como para que te sumes tu también. - comente al aire en cuento note la presencia de alguien.

- Regresaría a dormir, pero me daba curiosidad lo que hacías en lugar de ir a la cama. - me respondieron a mis espaldas.

Me gire confundido por que la voz que esperaba no era la de Carla, sino la de Kikyō.

-¿Tú? ¿Qué haces despierta? - pregunté frunciendo el ceño.

-Me desperté y vi tu espacio vacío. - explicó encogiendose de hombros.

Se sento a mi lado y observó la fotografía en mis manos. Yo seguía incrédulo, pues desde que llegamos mi única compañera de desvelos era Carla.

-¿Cuál es la historia? - pregunto tras un prolongado silencio. La mire con la pregunta grabada en la cara. - ¿Cuál es la historia de esa foto? Tengo entendido que leíste el diario de tu padre, así que debes saber quienes son y que sucedió.

-Ah, eso. - dije como si fuera una gran revelación. - Es una larga historia, pero ¿cómo sabes lo del diario?

-Mikasa escucho la pelea que tuviste con tu padre hace una semana, se lo contó a Eren, Carla escucho todo y me lo contó al día siguiente... - confesó un tanto avergonzada por toda esa triangulación de informacion.

-Debi esperarlo.

No me sorprendía, pero tampoco estaba demasiado entusiasmado de que hubieran sucedido así las cosas. Aunque, ni hablar, lo hecho, hecho estaba.

-¿Y bien? ¿Acaso es el remordimiento de lo que hiciste lo que no te deja dormir? ¿O fue tan horrible que te provoca pesadillas? - insistió. Me pregunto cuanto tiempo se guardo aquellas preguntas.

-Ambas, si soy honesto. En sueños reproduzco cada palabra y cada situación al pie de la letra, eso es aterrador. - reflexione volviendo la vista a la foto. - Aunque, lo más inquietante es reconocer que estaba equivocado y no tener algún modo para decírselos, porque estamos aquí, varados sin salida ni oportunidades. Mi remordimiento y pesadilla es saber que no importa lo que hagamos, quizá nunca podamos volver...