El primer error

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Rockabye (feat. Sean Paul & Anne-Marie)

En medio de una sociedad creada para enseñar a las personas a ponerse el pie entre sí, saber que una chica linda está con alguien e importarte poco podría calificarse como un acto egoísta.

Ella lo tenía todo; la apariencia, el carisma, el buen gusto, una personalidad fácil de llevar y más importante aun, no era tonta. Solo tenía dos días de distinguir ese rostro ahora un poco más familiar, y casi podia asegurar que le gustaba.
¿Y quien habría para culparla?

Esa mañana el sonido de la puerta interrumpió su té de desayuno; se trataba de un servicio de correo privado que traía una entrega a nombre de su madre. Con una expresión mucho más rígida firmó la entrega y recibió la caja cuyo contenido ya conocía.
La dejo sobre la mesa junto a la cocina y con uno de los cuchillos abrió la cinta; escarbó entre muchos documentos, libros, cuadernos y algunos marcos de fotos una vieja cartera de cuero gucci; reviso dentro de ella encontrando sus tarjetas de crédito y algo de dinero que había dejado olvidado.

Con la misma frivolidad volvió a tapar la caja y esta vez tomarla para ocultarla junto al sofá en el recibidor.
Esta vez sus pasos fueron veloces hacia el refrigerador; agarró una botella de cerveza y, sin importar que no fueran ni las 12 del medio día, dio dos largos tragos que terminaron en un gutural gruñido producto del amargor.

Junto al refrigerador de pie justo tenía la ventana que dirigía la vista de su casa hacia la casa contigua. Vio a través de la misma ventana de la cocina vecina como ByulYi ya se hallaba de pie y sacando ropa del cuarto de lavado; el primer día nunca hubiese seguido mirando por tanto tiempo en la privacidad de otro hogar ¿Pero qué demonios? Lo que ella no supiera a nadie iba a hacer daño... O eso creyó.

La única modificación significativa que tenía su casa respecto a las demás se encontraba en el cuarto de lavado, donde la vieja puerta con mosquitero fue cambiada por una puerta de madera totalmente cubierta para mantener fuera el frío del invierno y 1la puerta con mosquitero de la casa de ByulYi seguía ahi; dejaba ver la ubicación de la lavadora, la secadora y del espacio donde guardaba los cestos... Y después ella. Que se agachó dando la espalda hacia la ventana desde donde Wheein la observaba y agarró del cesto un par de prendas.

Observar a las personas hermosas no está mal, mientras mantengas la cabeza suficientemente clara contigo misma para admitir que se trata de algo inofensivo; algo que dejó de ser inofensivo cuando vio que ByulYi se giró de perfil y agarró la camiseta que usaba por el medio para llevarla a su rostro y olfatearla.
Incluso desde la distancia Wheein pudo notar esa discreta línea diagonal bajo los shorts que llevaba ese día, y por supuesto sus ojos no perdieron tiempo solo ahí. Recorrió sus pequeños glúteos firmes, la silueta de los muslos delgados y como sus manos de rasgos marcados sujetaban fuerte la prenda frente a ella.

Wheein levantó lentamente la botella de cerveza y dio un largo trago sin apartar la vista, vio como Moon volvió a soltar su camiseta y fijar la vista dentro del canasto de ropa de la secadora. Wheein miró el reloj digital grande encima del refrigerador.

—Ya veo— Murmuró consigo misma

Las personas que tienen suficiente tiempo para cargar con la obligación de orden de una casa deben tener rutinas, y ByulYi era alguien de costumbres, tales como la de tener un día de lavado de ropa.
Y hubiera deseado no haber acertado; la vio agacharse tan larga era la extensión de su media estatura hacia el cesto de donde seleccionaba entre dos enmarañadas camisetas oscuras; una vez su desicion fue tomada dio la espalda a la ventana y volvió a tomar la camiseta para jalarla hacia arriba.

Wheein contuvo la respiración.

La línea media de su espina se marcaba con gracia sutil y pálida hasta los dos hoyuelos justo sobre la banda elástica de sus shorts.

Secreta OBSESIÓN ▪︎WheeByul▪︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora