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𝟸 𝚍𝚎 𝚓𝚞𝚗𝚒𝚘 𝚍𝚎𝚕 𝟸𝟶𝟸𝟸.

– Abril hija, el autobús no te va a esperar solo a ti

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– Abril hija, el autobús no te va a esperar solo a ti. – Fue lo primero que escuché esa mañana.

Dios sabe cuantas veces me habría llamado mi madre ese día antes de que me pegase tal grito desde la cocina.

Un suspiro se escapó de mí boca. Nunca me había gustado madrugar y todo el mundo lo sabe.

Me incorporé todavía en mi cama con muy pocas ganas. Estuve un par de minutos mirando a un punto fijo para replantearme lo que estaba por hacer. Todavía un poco anonada conseguí levantarme completamente. Estiré mi cuerpo y terminé un poco mareada pero directamente me dirigí a la cocina de mi casa.

— Ni siquiera estoy del todo segura.

— ¿De qué?

— ¿De qué va a ser? ¿De qué tu hija se vaya sola a Barcelona con 17 años que acaba de hacer?

Escuché a mi madre hablando con mi padre en un tono bastante irritado. Era verdad que estos días la había notado más nerviosa y apegada de lo normal, lo entendía ya que a final de cuentas yo era la última niña en casa y estaba por irme.

Me iba a Barcelona, con ambos de mis hermanos. Mi hermano Javi es un famoso YouTuber ahora con una vida bastante acomodada, tomando eso como una oportunidad, pensé en irme con ambos de mis hermanos a Barcelona después de que ellos aceptaran. La idea de esa ciudad me llamaba la atención. Terminaría allí mi último año de bachiller y después entraría a la universidad.

Claro que no era mi intención hacer demasiado uso del dinero que ellos ganaban pero en cambio, ellos terminaron insistiendo. Así que era un buen comienzo. Sería divertido estar con ellos de nuevo.

Sin hablar de lo mucho que los añoraba.

Todavía estaba a un año de cumplir la mayoría de edad y fue un verdadero sufrimiento convencer a mi madre. Al final entendió que también sería una oportunidad para mi como lo fue para ellos.

— Mamá, a mi también me da un poco de miedo, sabes... — La vi venir desde el salón.

— Ya hija, pero yo voy a estar preocupada por ti. Eres muy pequeña todavía. — Se dirigió a mi con una mueca.

Me sirvió el desayuno con prisas. Miré el reloj de la pared. Eran las 9:30 de la mañana y yo tenía que coger un autobús a las 10:20 de la mañana, quedaba un poco menos de una hora.

— ¿Crees que si algo va mal no te llamaría? — Fruncí mi ceño centrándome en nuestra conversación. — Nos vamos a ver un montón, encima. — Mastiqué nerviosa y estudié la cara de mi madre.

Claro que estaba alterada, me iba a una nueva ciudad porque nada me retenía en Zaragoza. Nada lo suficientemente importante.

No sé qué iba a pasar ni cómo iba a pasar pero comenzaría una nueva etapa e intentaría dar lo mejor de mi para encontrar mi sitio allí.

MASTERMIND | PEDRI Donde viven las historias. Descúbrelo ahora