Capítulo 56: La Rosa del Diablo (1)

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La chica ni siquiera intentó disimular. Una sonrisa apareció en sus labios.

- ¡Oh! ¡Lo siento mucho, princesa!—dijo ella

Ignoré la enorme mancha en mi vestido aunque era bastante notorio debido a que era blanco. Me dediqué en observar el rostro sonriente de la chica.

- Tres...—comencé—dos...

- ¡¿Cómo te atreves?!

Pude escuchar el grito de mi padre quien se acercaba de manera peligrosa a nosotras.

No tuve que llegar al uno cuando mi padre se detuvo frente a mi con preocupación notoria.

- Mi estrella, ¿Te encuentras bien?—preguntó mi padre

Por supuesto, todo quedó en silencio cuando mi padre habló. Sus ojos mostraban preocupación hacia mi. Era algo a lo que estaba acostumbrada, pero era algo desconocido para el resto.

Hice una reverencia mientras sonreía.

- Me encuentro bien, su Majestad—sonreí—sin embargo...

Me detuve. No estaba segura si era buena idea decirle o acusar a la chica directamente por lo que había hecho.

Esto era más complicado de lo que realmente me gustaría. Había varios escenarios posibles dependiendo de mi respuesta.

Todos podían pensar en mi de mala manera al no perdonar un "accidente", sin embargo, si lo dejaba ir nadie aseguraba que no volverían a faltarme el respeto.

No era cuestión de si me cae bien o no, era cuestión de nivel y de respeto.

Soy una princesa, hija del Emperador. No importaba si era la hija de una concubina o no, por el simple hecho de que yo fuese la hija del Emperador me ponía en un nivel por encima de un marqués, incluso de un duque debido a que había sido legitimizada al ser adoptada por la Emperatriz.

Además no soy como cualquier otra hija de una concubina. Mi padre es el Emperador y mi madre era una "princesa" de otro reino. Era cuestión de respeto. Mi madre no era cualquier concubina, ella representaba una posible alianza política. Mi madre era alguien importante... y ahora soy yo quien representa esa posible alianza.

Sin embargo, sonreí.

- Debió ser un accidente, padre—dije con una sonrisa—ella debe ser muy joven e inexperta, una simple mancha cómo está no es nada para un miembro de la familia imperial del Imperio Soliel.

Y por supuesto que no lo era. El vestido estaba decorado con piedras de Maná y la tela absorbería y cambiaría de color.

Concentré mi magia para hacer que eso pasara sin dejar que apareciera un visible fuego alrededor. No quería que nadie lo supiese.

El vestido blanco se comenzó a cambiar como si el líquido hubiese sido rojo y comenzara a extenderse por toda la tela. Era un proceso hermoso y a la vez bastante tenebroso. Era como si sangre se esparciera por todo el vestido volviendo de un brillante color escarlata.

- Lo ve, es parte de las telas a las que sólo la familia Imperial de Soliel tiene acceso—dije con una sonrisa mientras me acercaba a la joven—esto ha sido un accidente... la primera vez, un accidente puede ser perdonado. La segunda es un error, eso es fácilmente cuestionado y la tercera... bueno, lo importante es que una cuarta nunca se cometerá.

Mi sonrisa desapareció mientras observaba a la joven. Mi padre, sin embargo, no parecía satisfecho.

- ¿Quiénes son sus padres?—preguntó mi padre mostrando molestia

Reencarné como la hermana de un idiotaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora