A Ciegas

CAPITULO 1

¿Qué harías tu si se te presenta la oportunidad de vivir de lujo y que te cambie tu vida de la noche a la mañana, pero el único inconveniente es casándote con alguien a quien no conoces, aún?

Era una mañana de noviembre cuando me desperté sin saber que ese día era el último en que mi vida daría un giro completamente.

Me desperté, duché y me puse a ver la tele mientras desayunaba. Aún me quedaba 1 hora para ir a trabajar así que iba con la calma.

Trabajo en una pequeña obra musical en Broadway como suplente de la protagonista. Hoy es el día del estreno y el último ensayo antes de la gran noche, estaba tranquila sabía que no iba a actuar por que la pronta nunca había fallado, me sentía relajada.

Cogí el metro y llegué al teatro a tiempo para el ensayo, cuando llegue vi que gran parte del equipo estaba preocupada.

-¿A que vienen esas caras? Hoy es día de estreno! - dije entusiasmada
-Bianca está en el hospital- respondió mi mejor amigo Eric
-¿QUEE?! - dije alterada- ¿Que ha pasado?
-Según he escuchado, ayer salió de fiesta y bebió tanto que amaneció en el hospital, el día se está poniendo cada vez más feo- comentó

Si Bianca estaba en el hospital, eso significa que yo debía sustituirla en la obra. Hasta ese día solo me limitaba a interpretar en los ensayos de suplentes, nunca había salido a escena. Los nervios corrían por mi cuerpo, pero Eric lo noto e intentó calmarme.

-Te saldrá bien! - exclamó
Al paso de 1 Hora de retoques y repaso de guion, Lorenzo, el director de la obra se nos acercó a comentarnos algo importante.

-Vale chicos escuchadme todos! - dijo y como un rebaño nos acercamos a él- Hoy es un día muy especial, viene a vernos Daniel Benson.

Daniel Benson era un empresario que trabajaba en la mejor firma de moda y cosmética del país o del mundo incluso, más que trabajador era el dueño, otro niño rico que había heredado la empresa de su madre.

-Enserio?- preguntó Lucy muy entusiasta
-Si, pero no sabemos dónde puede estar sentado -recalcó- pero debemos impresionarle podría hacer un gran donativo para la obra, así que manos a la
obra.

Empezamos la obra, duró un total de 3 horas y 55 minutos, mis nervios duraron 30 minutos y a partir de ahí me desenvolvía en el escenario como si fuera costumbre.
Después recogí todas mis cosas y tras unas bonitas palabras del elenco de como había sido mi primera vez salí contenta por la parte de atrás.

Abrí la puerta trasera, y sin saberlo estaba en el suelo, al parecer había tropezado con un imbecil que caminaba con demasiada rapidez que no podía mirar por donde iba

-Madre mía! - exclame algo enfadada.
-Perdón- me respondió mientras me tendía la mano.
-Gracias- respondí

Me levante del suelo y seguíamos con las manos agarradas mientras el se quedaba observándome.

Las aparte y rápidamente me contestó
- Si quieres te lo puedo compensar con una copa- me ofreció un poco locura.
-No, gracias, estoy bien- respondí y seguí mi camino

¿Aceptar una copa de un extraño que me acababa de tirar al suelo? Ni loca, así empezaban los documentales de asesinos.

Llegue a mi casa, me tumbe en mi cama y caí rendida.
A la mañana siguiente tenía el día libre, así que decidí salir a desayunar fuera y a dar una vuelta.
Entre en una tienda de ropa muy mona y vi un vestido precioso que para mi no sorpresa era algo pasado de presupuesto.
Seguí dando vueltas en la tienda y escuché una voz masculina gritar de fondo y mi modo cotilla no podía hacerse la sorda así que me acerque un poco a ver que estaba pasando.

-NO, ESTOS TOPS AÚN NO TIENEN QUE ESTAR FUERA, Y AÚN NO TENEMOS MODELO PARA LA NUEVA COLECCIÓN- grito por teléfono, se me hacía algo familiar tal voz, así que me acerque más.

Sin quererlo, se giró y tropezó conmigo.

-¿Tu? - dijimos al unísono.