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HOLAAAAAAAA:) PRIMERO VOTEN Y NOS VEMOS AL FINAL DEL CAPITULO PARA CHARLAR UN POCO.

||DANIEL||

Por mas vueltas que doy en la cama no logro conciliar el sueño por lo que voy a ver si mi hijo ya se ha dormido, camino por el pequeño pasillo sin hacer mucha bulla y entro en comento silencio a su habitación, tiene encendidas la lampara que refleja astronautas en el techo, mi madre se lo trajo de un viaje.

Me acerco para acomodarle su cobija y lo veo dormir tan tranquilo sin ninguna inquietud y daría lo que fuera porque siempre este así.

Me salgo y cierro la puerta, llegando a la cocina me da por tomar el teléfono y buscar algo o mas bien a alguien entre mis contactos, estoy tentado a marcar pero no son horas para llamadas.

Me siento en el sofa y me paso ambas manos por mi cara, tengo muchas cosas en la cabeza y las podría enumerar.

1.      Mi madre acaba de fallecer y por una parte estoy tranquilo conmigo mismo porque desde el día uno que ella me adopto como su hijo le demostré cuanto la amaba y que siempre sería la mujer de mis ojos.

2.      Oficialmente tengo un trabajo que requiere de bastante responsabilidad, no puedo dejar tirado el puesto de mi madre, además que para aquella especialización fue a la que estudié y me partí la cabeza, no puedo desaprovechar eso.

3.      Tengo que mantener a flote a mi hijo y a mis hermanos ahora mas que nunca tenemos que estar unidos.

4.      ...No se que me paso en el entierro de mi madre cuando llego el novio de ella, sentí algo agrío, pero sobre todo me sentí a la defensiva, tal vez por la forma en que dijo las cosas.

Tengo que reconocerlo, podrá ser mi paciente pero es muy guapa Amelia, su cara perfilada, sus ojos marrones claros, su cabello por debajo de sus hombros...ondulado y negro, sus labios...¡Mierda! Por un maldito momento se me cruzo algo estúpido por la cabeza, y lo peor es que si me tentaba hacerlo, pero en gran parte agradezco que halla aparecido su noviecito.

***

-¡Papá no quiero irme con mamá!-protesta Sebastián desde su silla de seguridad en parte de atrás del coche, lo miro por el retrovisor.

-Te prometo que en algún momento vendrás por mas tiempo a mi casa ¿vale?-asiente y sigue jugando con su mono de peluche, no se ha despegado de el desde que lo cogió de la cama de mi madre.

Llegamos a los minutos a la casa de Nathalie, por lo menos no vivimos tan lejos por lo que vengo a visitar seguido a mi hijo.

Toco el timbre y abre ella con cara claramente de resaca.

-¿Hoy lo tenías que traer?-pregunta un poco desorientada, mi hijo la saluda con la mano y se va directo a su cuarto a dejar las cosas.

-Si hoy ya se cumple una semana, lo he llevado a clases...por cierto fui a sus entrenamientos y el profesor me dijo que el niño tiene un mes de retraso con el pago y que no ha ido a clases-halo cruzándome de brazos. Ella se pasa la mano por su cabello desordenándolo.

-Eh...si pues no lo lleve porque no...-ni siquiera sabia que inventar.

-Nathalie te di el mes pasado para que pagaras la escuela de futbol, además el profesor te había dicho que si podía seguir asistiendo a clases, ¿Qué hiciste el dinero?-pregunto intento no perder la cordura con ella.

-Pues la verdad es que como tu no me pasas dinero para mi lo tuve que gasta en mis cosas-la quedo viendo antes de partirme de la risa-¿Qué mirada te causa gracia?-pregunta enojada.

El doctor imbécilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora