No me lo pienso dos veces, ella quiere que le toque y a mi me arden las manos por necesidad de acariciarla, así que no pierdo más el tiempo y empiezo a acercarme a ella con mi mirada puesta sobre la suya.
Antes de dar un último paso, decido echar otro vistazo a su abrigado cuerpo, el cual ahora tiembla de verdad. Quiero creer que eso es lo que le provoca mi cercanía, que esos pequeños espasmos que Cris intenta disimular son porque ansía el roce de mi cuerpo tanto como yo el suyo. Aún así, ella se mantiene erguida y me mira sin tan siquiera pestañear, siguiendo atentamente cada uno de mis movimientos.
Recorro su cuerpo con mi mirada y mis ojos se posan sobre su pronunciado escote que asoma entre la cremallera de mi ropa prestada. Hasta ahora había estado demasiado distraído con ese maldito pantalón corto y sus largas piernas como para fijarme en lo grandes que tiene las tetas. A pesar del enorme tamaño de mis manos, estoy seguro de que ni siquiera yo voy a ser capaz de estrujarle una de sus tetas con una mano. Me siento tentado a estirar el brazo y probarlo ahora, pero se que después tendré tiempo de comprobar eso y mucho mas. Le miro de vuelta a los ojos y Cris no trata de esconder su sonrisa; al contrario, descubro una mirada llena de picardía que me esta volviendo completamente loco.Podría catalogar a todas y cada una de las desconocidas con las que he pasado alguna noche durante los últimos cinco años en dos grupos. Las dulces e inocentes Sandy's, esas chicas que se ruborizan con cada uno de mis gestos o comentarios subidos de tono, las que parecen casi inexpertas y pretenden hacerme creer que todos y cada uno de los movimientos que yo hago son los primeros que sienten ellas. O las Regina's, esas chicas salvajes y apasionadas que consiguen arrebatarme el control y me desarman, haciéndome sentir como si en ese caso el inexperto fuese yo...
Creo que Cris es las dos en una sola, la dulce e inocente Sandy en el cuerpo de la Femme Fatale Regina. Joder, me está volviendo completamente loco! porque no se qué lado es el que me mostrará en el siguiente movimiento que yo trate de hacer... y eso es lo que realmente me excita de toda esta situación.Doy el último paso que mantenía nuestros cuerpos distanciados, pasando un brazo sobre sus hombros y rodeándole la cintura con el otro, haciendo que Cris repose su cabeza sobre mi pecho a mil por hora. Por primera vez consigo oler su perfume, el cual se me mete hasta el fondo. No sé qué perfume será, tampoco creo que sea el momento idóneo para preguntar... ni siquiera me interesa saberlo, pero es uno de esos olores que reconocerías en cualquier parte, uno de esos olores que te hacen recordar situaciones y momentos que has vivido. Y se que a partir de ahora este olor será el que me recuerde a Cris, sin importar quien más lo lleve.
Permanecemos medio abrazados un par de minutos, no más. Los dos sabemos que ella no tiene frío y este no es el tipo de roce que yo quiero sentir. A mi no me gustan las muestras de afecto y no creo que Cris se vaya a convertir en mi excepción, por muy encantadora que esté resultando ser.
Nos separamos los dos a la vez, alejando un poco el contacto de nuestros cuerpos, a pesar de que yo seguía rodeando su cintura con mi brazo. Busco sus ojos porque quiero saber qué es lo que piensa. Supongo que sus ojos transmiten lo mismo que tienen que estar mostrándole los míos en estos momentos. Deseo, lujuria, diversión... un torbellino de sentimientos y emociones que espero poder saciar completamente esta noche.
Quiero ver de nuevo su reacción, quiero saber hasta qué punto tengo control sobre su propio cuerpo sin tan siquiera tocarlo, saber hasta qué punto la puedo dominar antes de que me domine ella a mi, así que vuelvo a lamer mi piercing con la punta de mi lengua, esta vez de forma más lenta y siendo totalmente consciente de ello. Cris me está mirando a los ojos, sonriendo con una pizca de travesura, pero entonces se percata del movimiento de mi lengua y su cuerpo se vuelve a sacudir levemente, casi imperceptible, pero lo justo y suficiente como para que yo me de cuenta. Las mejillas de Cris empiezan a sonrojarse lentamente y separa suavemente sus carnosos labios, haciéndome perder la cabeza al imaginarla suspirar así de forma más íntima. Sigue mirándome sin perder detalle de cada movimiento de mi lengua mientras que yo me empiezo a reír sin parar. Al notar que ella no ríe le miro de vuelta de arriba abajo y veo que ella me observa con una de sus cejas alzadas mientras que el rubor de sus mejillas comienza a desaparecer lentamente. Puede que haya sido demasiado descarado, porque parece que a ella esta vez no le ha hecho gracia, así que me obligo a tragar saliva y todavía con mi mano sobre su cintura la guío hacia la puerta.
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Dejemos que empiece la fiesta (Dejemos 2)
FanficDespués de conocer a Cris y de que nos contase cómo su noche pasó de ser aburrida a ser la más alocada de su vida al conocer a su ídolo Tom Kaulitz, ha llegado el momento de saber qué fue lo que pasó con Tom. Porque esta historia es cosa de dos... S...