Capítulo 23: La suerte de Allen

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Si una noche de junio llegara a hablar, probablemente sería para presumir que inventó el romance

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Si una noche de junio llegara a hablar, probablemente sería para presumir que inventó el romance

Cerré mi maleta y la puse sobre mi cama, lancé un largo suspiro y por alguna razón sorbí mi nariz. Megan entró en ese instante a la cabaña y me abrazó repentinamente —Te voy a extrañar, Thea. Por favor no te olvides de mí ¿sí?

Me separé de su abrazo y le correspondí la sonrisa —No me olvidaré de ti, Megan. Gracias por hacerme compañía durante los últimos dos meses.

—No fue nada, pequeña —su mano pasó por mi cabello para despeinarme un poco —Gracias a ti por sacarme varias sonrisas este verano —después de eso, Megan dijo que terminaría de ordenar sus cosas y salió de la cabaña.

En eso, Dereck entró a la cabaña y me lanzó una sonrisa forzada —Buenos días —era temprano y era la primera vez en el día que lo veía. Fui la última en levantarme y por eso, estaba sola recogiendo mis cosas para regresar a casa.

—Pensé que ya te habías ido —me molestaba el hecho de que posiblemente Dereck se había largado sin despedirse. Sé que no tuvimos la mejor relación en un principio, pero quizás se volvió menos insoportable durante los últimos días.

—Estaba por irme, pero olvidé mi álbum de recuerdos —caminó hasta donde estaba su cama y se agachó para buscar lo que es su álbum; todos los campistas tenemos uno, es como un diario donde escribimos los momentos más significativos y pegamos algunas fotos para dejarlas como recuerdo.

Con su álbum en manos, él estaba por salir de la cabaña sin decir nada —Entonces no te vas a despedir ni nada.

Mis palabras lo detuvieron. Se rascó la nuca y después giró hacia mí —Fuiste insoportable durante todo el campamento. No hubo ni un momento en el que pensara lo contrario.

—¿Pero...?

—Pero de cierta manera me resultaste interesante. Mi verano no fue del todo aburrido gracias a ti.

—¿Quieres decir que fui tu payaso de entretenimiento durante el campamento?

—Algo por el estilo —mencionó apenado. Sentí como si quisiera decir algo más, así que lo incité a que continuara —La verdad es que me interesas, es extraño decir esto porque nunca nadie ha llamado mi atención, pero por alguna extraña razón tú fuiste la excepción.

Mis mejillas se sonrojaron pero intenté mantener la cordura —El interés es mutuo.

Mis palabras parecieron sorprenderle, así que aclaró su garganta —No te pido intentar nada porque somos, en especial tú, muy pequeños para pensar en esas cosas —como toda una niña responsable, asentí y estuve de acuerdo con lo que decía —Pero no niego que me gustaría volver a verte el próximo verano.

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