Prólogo

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Todavía recuerdo el día que te conocí. Tenía 4 años cuando una pareja llegó con un bebe de 2 años menor que yo a mi casa. Verte en ese estado es uno de los primeros recuerdos que tengo de mi infancia. La manera en como tus padres me encargaron a ti, el como nos dijeron que éramos como hermanos porque nuestros papás eran muy amigos. Y lo fuiste, fuiste el hermano que nunca tuve. Mi niño que protegía de la gente mala, mi pequeño que le gustaba que lo abrazaran en las noches porque tenía pesadillas.

Ibas a mi casa con la excusa de que necesitabas ayuda con tu tarea, vos que eras el mejor de tu clase. Les mentias a tus papas solo para verme mas de lo que ya nos veíamos. Y a mi no me molestaba. Me gustaba pasar tiempo contigo. Me gustaba ser la razón de tus risas y  tu felicidad. Me decías que era tu persona favorita en el mundo y yo disfrutaba serlo. 

Hasta que creciste.

Me di cuenta de ello cuando en secundaria empezaste a ir al gimnasio. Te pusiste lindo, tu mandíbula empezó a tomar forma y creciste tanto que cuando cumpliste 14 ya me llevabas una cabeza. En cambio yo, parecía que cada vez me hacía más pequeño. Mi pequeño me llamabas. Me enojaba porque era 2 años mayor que vos, pero porque se trataba de ti el enojo se me iba rápido. Porque cuando lo notabas me hacías correr por toda la casa intentando atraparme para llenarme la cara de besos mientras me tomabas por la cintura y seguías repartiendolos en mi rostro hasta que te cansabas.

Recuerdo la sorpresa que me llevé cuando me dijiste que querías verme en el parque después de clases. Era mi primer día en la universidad y me mandaste un mensaje diciendo que tenías algo importante que decirme. Cuando llegue a la banca donde siempre nos sentamos estabas ahí, tus brazos estaban apoyados a tus muslos bien trabajados mientras mirabas el suelo, con un ramo de flores en tu mano. 

Me paré frente a ti y solo cuando estuve a centímetros de tu cuerpo notaste mi presencia. Levantaste tu rostro y te paraste torpemente. No me contuve a soltar una risa porque no entendía porque estabas tan nervioso. Al mismo tiempo estaba un poco curioso por el ramo de flores que traías. ¿Te ibas a encontrar con alguien? ¿Me citaste porque necesitabas consejos? Pensar en eso por alguna razón me lastimaba. 

Todo pasó muy rápido.

Después de decir aquellas palabras atacaste mis labios sin permiso. No me diste tiempo a analizar lo que acababa de salir de tu boca porque el agarre de tus manos a mi cintura mientras me besabas me estremecía. No necesitaste una respuesta porque nos conocíamos tanto que estaba seguro que te diste cuenta de mis sentimientos antes que yo. Me dijiste que te gustaba y que tenías miedo de que encontrara a alguien mejor que vos ahora que iba a conocer nuevas personas en este nuevo mundo. Despues de todo no habia nada de que preocuparse, porque mi tambien me gustabas. 

Nos casamos luego de que terminara la carrera, nuestras familias estaban contentas. Compramos nuestra casa, me regalaste un auto en mi cumpleaños 27 y el año siguiente también te regale uno en tu cumpleaños 26. Adoptamos a Holly, nuestra perrita y tiempo después a Beto, nuestro gato pelinegro. Estábamos bien, nos amábamos, éramos felices. 

Hasta que el médico me dijo que estaba esperando un bebe. 

La gente decía que éramos la pareja perfecta, y lo éramos, hasta que te termine de conocer

Perfect Couple | kookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora