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Estaban desayunando, después de pasar el resto de la tarde anterior viendo películas y una muy buena noche de sueño

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Estaban desayunando, después de pasar el resto de la tarde anterior viendo películas y una muy buena noche de sueño. Jeongin intentaba convencer a Christopher de que fueran a trabajar ese día.

—Pero no te quiero dejar, Innie.

—Yo puedo ir también, estoy bien y no me duele nada.

—Pienso que deberías quedarte descansando.

—Ya falté mucho, Chan, no quiero descuidar mi trabajo.

—No lo haces, soy el jefe y te estoy pidiendo que faltes.

—Bien, si no voy a la empresa, iré a la de mi padre, debo sacar la próxima producción.

—Pero no quiero dejarte solo.

—Entonces ven conmigo.

—¿A la empresa de tu familia?

—Sí, será mía en el futuro, y nos vamos a emparejar, así que me parece buena idea que la vayas conociendo.

—Bien, vamos a ir ahí.

Terminaron de desayunar en silencio, y luego lavaron lo que ensuciaron antes de ir a lavarse los dientes. Una vez listos, ambos se dirigieron al auto azul oscuro de Christopher. Duraron apenas unos 20 minutos en llegar, a la gran empresa, a la que le podía ver el gran logo con su nombre a la par. Se dirigieron a recepción, donde lo primero que vieron fue al beta que atendía, coqueteando con un omega que se veía incómodo.

—Pensé que le pagaba por atender la recepción, no por coquetear —mencionó Jeongin en un tono casual, asustando al beta.

—Se-señor Yang, bienvenido —dijo el hombre, visiblemente asustado.

—¿Podría decirme cuánto lleva esperando ser atendido? —se dirigió a un hombre que estaba intentando llamar la atención del beta cuando entraron.

—Uh, alrededor de 10 minutos, tengo una entrevista en 5 minutos.

—Gracias, en el tercer piso a la izquierda. Recuerde llenar esto con sus datos antes de subir —le entregó la tabla con las hojas donde se registran los visitantes.

—Muchas gracias.

—Ahora, me gustaría tener una pequeña conversación con usted, así que lo espero en mi oficina apenas pueda —se dirigió al omega.

—Sí, señor, con permiso.

Jeongin agarró la mano de Christopher para dirigirse al ascensor, en el que subieron hasta el último piso y se dirigieron a la oficina de Jeongin.

—Bienvenido a mi oficina —mencionó luego de abrir la puerta con sus llaves.

El lugar era grande, con una pared hecha de vidrio y las otras tres pintadas de blanco, con algunos cuadros colgando y una estantería a un lado. El escritorio de madera oscura estaba un poco atrás con dos sillones blancos al frente, y una silla igual de oscura atrás, con el acolchado rojo. Al lado derecho de la puerta, había un sillón para dos personas y otro individual, además de una mesita. Había una alfombra esponjosa gris y al fondo, se podía ver un pequeño refrigerador y una mesa con un hervidor de agua y unas cajitas de té y bolsitas de café.

Mi omega huele a lo que me gusta, bananas ☘ ChanInDonde viven las historias. Descúbrelo ahora