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El omega salió indignado de ahí, tirando la puerta y ladrando juramentos hacia Jeongin, a quien no le podía importar menos todo eso

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El omega salió indignado de ahí, tirando la puerta y ladrando juramentos hacia Jeongin, a quien no le podía importar menos todo eso.

—Dios, te ves tan bien al mando.

—Oh, y eso que no has visto nada, alfa.

—¿Qué más tienes?

—¿Me acompañas a repartir cartas de despido?

—Voy detrás de ti, amor.

Jeongin metió las cartas en sobres con el nombre de cada futuro despedido. Se levantó de su lugar con las cartas una mano, metió sus llaves y celular en un bolsillo de su pantalón y se dirigió fuera de la oficina con Christopher siguiéndolo. El alfa aseguró la puerta y luego se dirigieron al primer piso, donde estaba el primer despedido.

Al llegar ahí, el beta estaba de nuevo con un omega, aunque esta vez ambos presenciaron como el omega se rehusaba a seguir ahí y el beta le tocaba el trasero cuando el otro se iba.

—Así que... Trabajando, ¿uh?

—Señor —le dijo, como si no hubiera hecho nada.

—Mira, acabo de ver lo que hiciste. Nuestra empresa no tiene tolerancia hacia el acoso, y me han llegado varias quejas, así que lamento decirte que tus servicios ya no son requeridos, y tienes hasta las 4:00 para retirarte con todas tus cosas.

Christopher no sabía cómo sentirse, ese bonito y amable omega que en su oficina trata bien a todos y que todos aman, acababa de despedir a dos personas, y aún podía ver ocho sobres en su mano. No podía evitar pensar en lo caliente que se veía Jeongin mandando y despidiendo a las personas que acosan a otros, ni siquiera debería encenderlo tanto, y si seguía pensando en eso se iba a notar su olor a excitación.

—S-sí, señor, como usted diga —el beta se veía atemorizado, y el alfa no lograba entender cómo es que Jeongin le daba tanto miedo si se veía tan suavecito y bonito.

De ahí se dirigieron al tercer piso, donde, según Jeongin, era donde debía entregar más cartas, cinco en total. Salieron del ascensor y no dieron más de diez pasos cuando Jeongin paró, detrás de un alfa que le hablaba a un grupo.

—... Así que la perra de Jeongin me rogó para que lo cogiera, y terminé dándole mi nudo por lástima —los otros alfas y betas ya habían visto a Jeongin, así que le hacían señas al otro para que hiciera silencio, aunque este nunca lo entendió.

—Pero que historia tan interesante, cuéntanos más, Wonsik, que ésta no me la sabía y está muy interesante, ¿verdad, alfa?

—Tal vez si cuentas tu versión, sería más interesante.

—Uh, pero si lo único que sé yo es que él se quería acostar conmigo, y como lo rechacé me dijo "voy a inventar tanto sobre ti, que no lo vas a soportar, y vas a venir a mi llorando para que desmienta todo. La única manera en la que lo voy a hacer es que me dejes follarte." Y bueno, aquí sigo esperando sentirme destruido.

Mi omega huele a lo que me gusta, bananas ☘ ChanInDonde viven las historias. Descúbrelo ahora