❝ Final II ❞

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Nota:

No sé bien qué escribí sinceramente, sabía lo que quería plasmar pero no el cómo, durante cuatro días estuve teniendo un bloqueo pero creo que al final quedó decente.

Ya quiero acabar el fic para sacar una historia en donde el staig terminen juntos por una infidelidad de Tweek.

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Era sábado por la mañana, y sólo dios era testigo de lo mucho que esos días solían deprimirle. ¿Odiar los lunes? No, Craig odiaba, aborrecía los sabados, ciertamente muchas cosas habían cambiado desde la partida de su amigo, sin embargo, ninguna le afectaba en demasía a sus cinco sentidos como lo era vivir nuevamente ese horrible dia de fin de semana.

La alarma comenzó a sonar, logrando despertarle después de estar dos horas insistiendo, poco después la asistente de google comenzó a mencionar us recordatorios del día, uno por uno, exceptuando el mas inolvidable. Tras apagar la alarma y sus demás divisiones se sento sobre la orilla de la cama, froto un par de veces su rostro y dejo escapar un suspiro. Sintió un par de movimientos al otro lado de la cama y poco despues un par de brazos aferrarse a su torso desnudo.

--¿Estás despierto tan temprano?--el contrario no respondió, simplemente se deshizo del agarre y se puso de pie, lo cual le hizo apoyarse sobre uno de sus codos.--Hoy no tienes que trabajar, vuelve a la cama Craig--pidió dulcemente.

--Sabes que no puedo, tengo cosas que hacer.

El rubio se sentó sobre la cama y suspiró.--¿Nuevamente irás, no es así?--no hubo respuesta.--¿Cuántas veces haz estado yendo?--el silencio volvió a ser parte de la habitacion.

--¿Eso importa?

Un gran silencio reino la habitación, esa era otra de las múltiples razones por la que Craig detestaba tanto los sábados, sin importar la fecha o la hora, siempre había una discusión entre su esposo y él.

--¡SABES BIEN QUE SI IMPORTA!--gritó furioso el contrario.--Aunque no quieras tienes que dejarlo ir, por dios Craig, tu culpabilidad y aferramiento nos está separando.

Aquello hizo que la paciencia de Craig se terminara.--Es fácil para ti decirlo, ¿no es así? ¿Crees que porque para ti es fácil soltar todo en un segundo, los demás también podemos hacerlo? ¡VETE A LA MIERDA TWEEK!

Sin mirar atrás salió de la habitación.
En parte entendía la molestia de su pareja, tanto sus demás amigos como sus padres le reprochaban que seguía sintiéndose deprimido y culpable por un suceso que había ocurrido hacía más de seis años. ¿Cómo no iba a sentirse así? Seguía sintiendo que podía haber hecho más, se regañaba por no esforzarse en salvar a su amigo. Suspiró pesado, había intentado de todo, ir al psicólogo, con brujos, incluso iba a la iglesia todos los domingos sin falta pero simplemente no lograba borrar por completo de su memoria a Stan Marsh.



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El ojiverde se encontraba sentado frente a aquella grisácea y fría lapida, justo frente a sus pies yacía un ramo de rosas blancas con margaritas, en su mano derecha se posaba una botella de cerveza mientras que en la izquierda un cigarro mentolado, una extraña y probablemente asquerosa combinación pero que a él le gustaba, le gustaba el ardor que ambos provocaban en su garganta y pulmones.

--Realmente no entiendo cuál es el problema--dió una calada al cigarrillo.--Entendería su enfado si viniera seguido pero sólo lo hago cuando tú aniversario y cumpleaños están cerca.

Hizo una pausa sólo para beber un par de tragos a la botella, miró al cielo mientras sentía como la brisa fresca acariciaba su rostro.

--Es como en los viejos tiempos--sonrió.--Claro que ahora no podría ponerse celoso, después de todo, tú...estás...ya sabes, muy abajo de aquí.

𝑫𝒆𝒂𝒅𝒍𝒚 𝒔𝒆𝒄𝒓𝒆𝒕Donde viven las historias. Descúbrelo ahora