Capitulo X: El Gran Plan que culminará Francia

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Querida Tía:

Desde que me fui del convento han ocurrido cosas muy raras...

El mismo día que llegué, la Reina me recibió y me contó que mis padres eran los Duques de Burdeos... Yo pues no sé, estuve callada sin decir nada, lo pasé mal... También me he convertido en la dama de honor así de la nada.
Tengo una mala noticia. En unas 2 semanas nos iremos de Francia y hasta que pase todo esto nos trasladaremos a un palacio cerca de la Ciudad de Florencia.
Da de mi parte, un saludo a las hermanas y a Sofie.
Recuerdos.
Denisse

Pobrecilla todo esto la debe de sentar muy mal.

Que sea lo que Dios quiera.

Bajé lo más rápido que pude las escaleras hasta llegar al jardín de "Las Rosas", dónde se encontraban Marie y Sofie rezando a una estatua de la Virgen que se encontraba en medio del lugar.

- Hijas, nos ha llegado una carta de Denisse.
Ilusionada, Sofie se giró y con una sonrisa empezó a preguntar:
- Madre ¿Qué dice? - Dijo exclamativa
- Cosas que ha descubierto y que es dama de honor y recuerdos para nosotras. 
- ¡Que alegría!
- La voy a escribir una nueva carta desde aquí, ¿Queréis que la ponga algo en especial?- Dije con tono alegre.
- Yo la enviaré un rosario de nácar que compraré en la tienda - dijo Sofie.
- Yo la encenderé una "velita"- dijo Marie en tono sarcástico, a continuación se levantó y, sin decir nada, se fue.

Mientras se iba, Sofie se levantó corriendo para alcanzarla cuando, de pronto, sonaron las campanas anunciando que era la hora de la misa.
Yo, al ser la Madre Superiora, me tocaba abrir las puertas que daban a la calle, para que la gente también pudiera asistir a misa.
Me puse el velo para que no pudieran verme la cara y metí la llave en la cerradura. Abriendo la puerta, una mano desconocida se me adelantó intentando abrir la puerta muy fuertemente.

- Madre somos nosotros, corra, abra por favor.

Descubrí quiénes eran, eran un grupo de chicos y chicas que todos los días a esta hora venían a pedirme ver la misa desde un palco especial que estaba con ventanas y rejas camufladas.
- Sí claro, pasad.
- Muchas Gracias Madre.
Y pasaron todos como de costumbre hacia la habitación.
Yo me acerqué hacia el altar de la capilla y encendí las velas. Una vez encendidas, me aproximé hacia el lugar donde nosotras veíamos la misa.
Pero antes de entrar, vi como uno de los chicos, echaba la cortina para que no se viera nada, yo asustada, me dirigí hacia aquel palco. A saber qué era lo que pasaba.
Al subir, podía oír cómo hablaban. Yo, en silencio, me puse detrás de la puerta para poder enterarme de qué estaban hablando.

- Perfecto, ¿Cuándo comenzaremos todo?
- En unos días haremos que todo estalle al mismo tiempo.
- El asalto al palacio de Versalles ¿Será entre todos, no?
-Sí, todos nos situaremos alrededor del palacio y entraremos dentro hasta llegar a por esos cobardes... ¡Francia por fin sera una República!
-¡Sí!- dijeron todos a la vez, a su vez otro chico se levantó y dio la palabra
- Pero recordad, una vez que entremos en palacio, no matéis a los sirvientes, doncellas... Sólo a los indicados
-Vale
-Os explicaré el plan desde el principio:
Cuando den las 12 del mediodía, asaltaremos las fortalezas donde se encuentran los guardias. Después, quemaremos y destruiremos todas las estatuas en los que salgan los "Rastreros Reales" y todos los revolucionarios que estemos cerca de Versalles, atacaremos el palacio por todos lados.
Entendido?
- Sí - dijeron todos

Yo, totalmente asustada bajé sigilosamente hacia la habitación donde estábamos y miré a una Cruz que había en la pared y me puse a rezar.

Hay que avisar a Denisse para huya de ahí sea como sea.

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