Epílogo

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5 AÑOS DESPUES

Han pasado cinco años desde que dejé a Scarlett parada en el medio del aeropuerto mientras todos pasaban a su alrededor sin prestar atención a lo que pasó.

Los gemelos ya tienen casi 6 años, no han visto a su madre desde que tienen seis meses, así que ni se acuerdan de ella.

Me parte el corazón decirle que su única madre soy yo.

Que los traje a este mundo con tanto amor, que solo me necesitaban a mí.

No teníamos con tacto con Scarlett, pero si veía las noticias de ella siendo echada de bares drogada y tomada hasta el tope, no quería exponer en a mis hijos a que la vieran así o en este caso la conocieran así.

Tengo treinta y dos años, parece toda una vida desde que todo paso, pero en mi memoria todo está tan fresco como si hubiese sucedido ayer.

La misma edad de Scarlett cuando nos separamos.

Me gustaría haberle dicho que tuvimos otra hija, me enteré unos meses luego de que llegamos a Europa, pero nunca tuve el valor de decirle.

La pequeña Yelena nació en noviembre, luego de que los gemelos cumplieran su primer año. Se llevan un año y unos meses. Asumo que la encargamos cuando tuvimos sexo en el cubículo del baño, si mis cálculos no están mal hechos.

- Cariño -besó mi cabello mientras miraba a los niños jugar en el patio de la casa- toma tu taza de café.

- Gracias, cielo - tomé su mano para rozarla un poco y ella se sentó a mi lado.

Su cabello rizado era precioso.

Tatiana y yo nos encontramos en la premier de una película, no tan famosa, que grabe acá.

Luego de eso pasamos varios años siendo amigas, no pude abrir la puerta de mi corazón hasta hace dos años atrás.

Vivíamos en una pequeña casa a las afueras de Londres.

No teníamos nada que buscar en Los Angeles.

El divorcio no tomó mucho tiempo, Scarlett lo firmó sin pensar, según lo que me dijo mi padre. El fue quien hizo todo el papeleo, incluso lo de los niños, yo tendría su custodia ya que Scarlett no estaba apta para cuidarlos y mucho menos para enterarse que tenía otra hija que ni llevaba su apellido, era una Olsen.

Extraño tanto a Florence y a Hailee, nos comunicamos a veces, también nos hemos visto unas cuantas más cada vez que tienen que venir acá, pero no es lo mismo.

Todos estos años han sido tan difíciles, pero mi mayor regalo y recompensa son mis hijos y la vida plena que llevo.

Mis hijos son felices, yo soy feliz y eso era algo que no teníamos hace mucho.

- ¿Lista llevar a los niños a la escuela? - Tatiana me sacó completamente de mis pensamientos.

Solo le di una sonrisa y me puse de pie.

- Niños, a la escuela -los llamé a lo que ellos salieron corriendo en nuestra dirección.

- Mamá -Yelena se aferró a mi pierna- no quiero ir.

La tomé en mis brazos entrando a la casa.

- Mamá te promete que en unas horas te irá a buscar y jugaremos luego de que tengamos todo en orden, ¿te parece?

Ella sonrió aferrándose a mi cuello.

- Te amo, mami -besé sus mejillas repetidas veces a lo que ella rió en carcajadas.

- Ve a buscar tus cosas -la dejé en el suelo y se fue con sus hermanos.

- ¿Quieres que te acompañe a la escuela? -me abrazó por la espalda.

- Si puedes -me giré para quedar frente a ella- No tienes que hacerlo.

- Haría lo que fuera por verte feliz, eres una excelente madre. -besó mi mejilla.

- Qué asco -escuché la voz de Olson detrás de mí- ¿nos podemos ir ya?

- Que niño tan molesto -me giré para mirarlo- ¿ya estás listo? -alcé las cejas.

- Sí, mami -se paró derecho como soldado.

- Tienes los zapatos al revés -reí- ¿necesitas ayuda, cielo?

- No mami, soy grande -se sentó en el suelo cambiándolos de manera correcta.

La escuela no estaba lejos de casa, los niños les encantaba ir caminando para contar los autos color rojo que veían.

Tatiana se había marchado al trabajo mientras yo me detuve en mi repostería favorita por un café.

La lluvia siempre estaba presente en Londres, los días eran fríos así que el café, venía bien.

Era inevitable que al estar sola no recordara las caricias que me daba Scarlett, lo intensamente que la amé.

Sería una ilusa si digo que mi corazón aún no se alborota cuando escucho su nombre o pienso en ella.

Pero eso ya es cosa del pasado, mi futuro son mis hijos y mi nueva familia. Su bienestar es mi prioridad número uno.

Ademas, de que sirve seguir amándola si ella nunca lo hizo, solo jugo conmigo como quizo, igual que hacía con todas las demás...

Después de todo, ¿Solo es actuación, no?

Esas palabras aún retumban en mis oídos, no sé por qué le dije eso.

Pero fueron las palabras más sinceras que he dicho en mi vida, ese día se repite en mi cabeza una y otra vez. No dejo de soñar con que hubiese pasado si mis hijos conocieran a su madre, si viviéramos juntos, si ella no tuviese problemas de alcohol.

Pero a la misma vez me siento culpable, no es justo que mientras estoy con Tatiana esté pensando en ella.

Como me besaba, como me sentía en sus brazos, de la manera que me sentía cuando hacíamos el amor o estábamos cogiendo sin control en todos lados.

Una sonrisa traviesa aparecía en mis labios cada vez que pensaba en eso.

Noté mi sonrisa boba en el reflejo del cristal del café. Pasé mis dedos por mis labios recordando su tacto, sus labios carnosos encima de los míos.

Bajé la mirada sintiéndome mal por todo lo que mi mente estaba pensando.

Joder estoy con Tatiana.

La lluvia comenzó a azotar con más fuerzas en el cristal y así todos mis sentimientos de lujuria fueron reemplazados por los no tan felices.

Tenía que grabarme en el corazón que todo esto, solo fue actuación.





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¡Hasta la próxima, amigos! 🎩
¡Buenas madrugadas! ✨

Recuerden que pueden continuar con esta historia en la segunda parte...
"Solo es actuación, no? II" 🫰🏻

¿Solo es actuación, no?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora