Donde Menos te lo Esperas

Capítulo 46

Hola a todos!! Gracias por los mensajes de apoyo y comprensión en el capítulo anterior, la verdad se sintió muy bonito leer tanta buena vibra. Afortunadamente todo esta mejorando, aunque me costó un poquito volver a retomar la escritura pero ayer agarré la laptop y en un ratito tuve terminado este nueva capítulo. Espero que les guste mucho, dejen sus votos y comentario, después de este seguramente queden tres o cuatro mas para que se acabe. Los quiero mucho, gracias por acompañarme en este hermoso camino!!

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Capítulo 46

>>Romina<<

Por el gesto que hizo supe que mis palabras la habían impactado pero al mismo tiempo le dieron mucha alegría ya que una pequeña sonrisa se dibujó en su rostro. Tomó asiento en uno de los sillones, me senté a su lado y luego de unos largos segundos de silencio comencé a hablar

- Sé que desde que me enteré de tu relación con Sabrina actué muy mal – miré mis manos que estaban sobre mis piernas – Primero que nada quiero dejar claro que mi molestia no fue porque estuvieras en una relación con una mujer que tiene varios años menos que vos – al darme cuenta que diría algo continué hablando – Me jodió que te metieras con mi mejor amiga, la persona con la que podía hablar de todo, quien era mi refugio cuando algo no iba bien en mi vida – bajó la cabeza – Pero más que nada que lo hicieran a escondidas, mintiéndome para poder verse o inventando excusas las veces que las encontré juntas – su silencio me dio el pie para seguir – Unas semanas después me di el tiempo para poder pensar en todo, a pesar de que antes no sabía el motivo se veían felices y eso es lo que más debía importarme – levantó rápidamente la cabeza para mirarme a los ojos – En distintos niveles las amo a las dos – tomé su mano – Nos habíamos hecho muy unidas, te podía contar todo y a pesar de no contarme los más importante siento que vos tambien hablabas abiertamente conmigo – asintió mientras se secaba con la mano libre las lágrimas que caían por sus mejillas – El sábado en la fiesta hablé con Sabri, aclaramos algunas cosas y hoy al salir del trabajo volvimos a hablar – sonrió – Las quiero a las dos en mi vida, sé que me va a costar muchísimo convivir junto a ustedes pero con el tiempo me voy a acostumbrar

- No te das una idea de la felicidad que me da escuchar todo esto – se acercó a mí – Voy a ser completamente sincera – suspiró largamente – Desde el día en que conocí a Sabrina sentí algo dentro de mí, su vibra tan relajada y su preciosa sonrisa hicieron que no pudiera dejar de pensar en ella – la observé con asombro – Cuando hablamos ese domingo que estabas con tu padre en casa de tu abuela sentí que por primera vez en mi vida pude ser yo – sonrió de lado – Cuando comenzaron los mensajes y las pequeñas salidas para vernos aunque sea unos poquitos minutos comprendí lo que era enamorarse lentamente o no tan lento – ambas nos reímos – Se metió profundamente en mi corazón, por fin encontré a esa persona que me complementa y me hace conocer la felicidad cada vez que la veo – no pude evitar comenzar a llorar al escucharla – Cuando te contó que estábamos juntas me agarró de sorpresa, habíamos acordado que luego de mi cumpleaños te diríamos todo pero no aguantó el peso de ocultarte la verdad y por más que me dolía como habías reaccionado entendí que era lo mejor que te enteraras cuanto antes porque vos vivías en un engaño y nosotras no podíamos disfrutar nuestra relación – me abrazó con fuerza – De corazón te pido disculpas, jamás quise lastimarte y a pesar de que dentro mío quería creer que en algún momento me perdonarías tenía mucho miedo de que eso no sucediera

- Me cuesta un poco asimilar las cosas – me aparté para mirarla a los ojos – Creo que en eso salí a papá – nos reímos – Hablando de él, me sorprendió mucho saber que estaba enterado y que lo tomaba tan bien

- Al principio no fue así – comentó limpiando su rostro con la manga de su pijama

- Me contó que las encontró acá – asintió – Pero dice que ya te hizo mucho daño, que lo mejor que puede hacer por devolverte tantos años de tristeza es dejarte ser feliz sin cuestionarte