Deseo Púrpura

Parte 4

En su auto, miré de soslayo como su erección crecía a medida que nos acercábamos al lugar dónde me llevaba y él intentaba acomodar su bulto de manera que no le fuera molesto para continuar conduciendo. Qué tan grande debía ser para que le molestara para manejar su auto? Aclaré mis pensamientos de inmediato, mientras me acomodaba en la silla, nerviosa y expectante de lo que pasara cuando llegáramos a destino.

Llegamos a un departamento a las afueras de Seul, detuvo el vehículo y después de descender de él, abrió la puerta de mi lado, mostrando una actitud de caballero andante. Estaba soñando?, Esto me estaba pasando en verdad?. Me ofreció su mano y nos dirigimos hacia el ascensor. No recuerdo el número que apretó, porque mi mente no dejaba de pensar en una infinidad de situaciones pervertidas que había imaginado siempre con RM. La tensión sexual en el ambiente no ayudaba a mantener la calma, mientras que Nam se acercaba a mí sin dejar de observar mis labios. El ascensor marcó el primer piso cuando comienza a pasar su pulgar sobre mi boca lentamente mientras no dejaba de mirarme, esa sensación de calor en mi cuerpo volvía otra vez y mis piernas perdieron su fuerza, cuando mete su pulgar dentro de mi boca, jadeando y gimiendo muy despacio. Al percibir que perdía equilibrio, me rodea con su brazo libre y su pulgar sale de mi boca para bajar por mi cuello de una manera intensa hasta llegar al primer botón de mi blusa.

El sonido del ascensor marcando un nuevo piso no consiguió que me lo quitara de encima, sino, que fueron las personas que subieron con nosotros en el tercer piso. Se enderezó sin problemas y dirigió su mirada hacia adelante, no mostrando un ápice de lo que allí había ocurrido hace un instante. Al salir del ascensor, tomó de mi mano y nos dirigimos a su departamento, el cual quedaba al fondo de un gran pasillo iluminado de manera muy tenue, dándole al ambiente una sensación de película de romance. Una vez adentro del lugar, me ofreció una copa de vino para amenizar el momento y encendió su reproductor de musica, con una canción bastante relajada. Acepté el vino, mientras Namjoon se dirigió a otro lugar del departamento, cuando lo escucho llamarme con su sensual voz ronca para que me acercara a donde él se encontraba. Me levanté de la silla, con la sensación de que el corazón se me disparaba y bombeaba mi sangre por todo el cuerpo. 

Él estaba ahí, imponente en su máxima expresión, de pie al costado de su cama totalmente desnudo. Mi respiración se cortaba a medida que examinaba aquel adonis que tenia ante mis ojos, escultural y de un erotismo absoluto. Su piel era tersa, de un color canela vibrante, sus piernas y brazos estaban tan firmes como un roble, su torso desnudo lleno de sudor me provocaba un deseo caliente, caliente e intenso. Marcado en cada pliegue de la perfecta escultura de 1,80, las venas sobresalían de su cuerpo, haciendo que brazos y cuello, fueran los objetivos principales de una boca pervertida como la mía, aunque mi corazón se detuvo un instante, cuando logro ver su impresionante erección. Su mirada persuasiva no me dejaba escapar, volviendo el ambiente tan intenso, como mi vientre contrayéndose una y otra vez, sedienta de una lujuria implacable. Lentamente, veo que acerca a mí al mismo ritmo de los latidos de mi corazón, un paso y pum, otro paso y ya estaba a punto de colapsar.