Deseo Púrpura

Parte 6

No podía dejar de gemir, mi cuerpo estaba siendo sometido por este hombre de una manera sexualmente poderosa. Con una agilidad y fuerza descomunal, me gira poniéndome boca abajo, tomándome con ambas manos la cintura, empujándome contra sus caderas y sin aviso, siento como su pene entra en mí con fuerza, una y otra vez, no deteniéndose jamás. Toma mi pelo hacia atrás, sus movimientos son de otro planeta, adentro y afuera mil veces, mis músculos se contraen a medida que me penetra. Mi corazón estaba a punto de colapsar y ya no podía resistirlo mas, me penetró una y otra vez, hasta que ambos gritamos de placer, viniéndose dentro de mí en un éxtasis total.

A la mañana siguiente, abrí mis ojos por un momento olvidando todo lo que había pasado la noche anterior hasta que caí en cuenta de dónde estaba. Mierda. Giré mi cabeza y no había nadie a mi lado, solo las sábanas revueltas y mi ropa tirada por toda la habitación. Me senté en la orilla de la cama, cuando en la mesa de noche, vi algo que parecía una nota y una rosa roja.

" Te dejé desayuno en la cocina. Tómalo. Eres demasiado exquisita como para que enfermes."

¿Qué era esto? ¿Una forma "romántica" de decirme gracias?. Tomé mi ropa del suelo intentando canalizar todo lo que había pasado la noche anterior. No quise ducharme en el departamento de Namjoon ya que prefería estar en mi casa y poder pensar con claridad las cosas que pasaron. Llegué a casa y tomé una ducha. Puse la rosa en un florero improvisado y releí la nota que me dejó. ¿Si no me tomé el desayuno que me dejó, se dará cuenta?. No parecía ser su casa así que deseché la idea de inmediato. Como si a un hombre como él realmente le importe si una mujer como yo toma su desayuno nutritivo cada mañana para no enfermarse. Dejé la nota en la mesa y comencé a hacer las labores en mi casa, para luego ponerme en marcha al trabajo. 

Estuve distraída todo el turno en el bar, Lee me miraba fascinado y podía percibirlo desde soslayo. Jamás había estado tan ensimismada en mi vida y eso generaba expectación en mi entorno.

- ¿Tienes algún problema Clara? - Preguntó Lee con una media sonrisa -

- Eh...mmm... no - Respondí dudosa - Solo estoy pensando en algunas cosas importantes - ¿Realmente eran importantes? - Pensé.

- Haz estado más distraída que de costumbre - Bromeó - Por tu culpa hoy no sacamos muchas propinas, tu sonrisa es la que atrae a los clientes - Ironizó.

- Deja de joder Lee - Estaba molesta conmigo misma y Lee solo me sacaba de quicio por la entretención que le causaba verte enojada, aún así le tenía mucho cariño -

Lee alzó sus manos en son de paz para evitar un conflicto mayor conmigo y por mi parte, solo quería terminar ese día y largarme a descansar. Era increíble cómo tenía el cuerpo adolorido aún, como si un camión me hubiera arrollado y dejado esparcida por la calle. Me costaba permanecer parada por mucho tiempo, sin contar lo difícil que me resultaba mover mis articulaciones, todo debido a que un semental de 1.80 me sometió la noche anterior. ¡Qué hombre Dios mio!. Namjoon seria capaz de enloquecer a cualquier mujer solo con verlo, es por eso que tener la oportunidad de tenerlo desnudo y haciéndote el mejor sexo de tu vida, solo puede ser obra de una conspiración de un ser celestial demasiado buena para ser cierta. 

Pasaron dos semanas desde aquella noche y no volví a tener noticias de Namjoon o una visita suya en el bar, lo que me empezaba a incomodar. ¿A quién quería engañar?. Sabía perfectamente que no lo volvería a ver nunca más, él había cumplido con su objetivo y yo era la mujer más afortunada en esta puta vida. Era casi imposible pensar que alguien me creería si contara que pasé la noche con el líder de grupo de kpop más importante del mundo. Estoy consciente que sí pasó, pero no se volvería a repetir nunca más y debía volver a mi realidad. Mientras estudiaba un poco de inglés, me puse los audífonos para relajarme antes de dormir, cuando un mensaje entra en mi celular. Decía: Amo.