CICATRICES [FINALIZADA ✓] |+18|

CAPÍTULO 19

CAPITULO 19

Me levanté temprano y con buenos ánimos, me duché poniéndome ropa cómoda y después bajé con una sonrisa dibujada en mi rostro. Era temprano así que desayunamos los 3 juntos.

—Ya me debo ir —mencionó el mayor viendo el reloj —Por favor no hagan ninguna travesura —nos miró y ambos hicimos la misma mueca.

—Ya no somos niños —respondí y ambos me miraron acusando —Está bien.

—Dan, quedas a cargo. —el mencionado asintió comprendiendo.—Nos vemos en la tarde mis pequeños.

Eso último se escucho tan dulce que no pude evitar sonreír, pero no era suficiente para que lo llamara padre.

—Vamos al estudio. —mi hermano se levantó.

—Pero aun no termino mis tostadas —miré el plato negándome a desperdiciar la comida.

—Ya te comiste cinco de esas.

—Pero están deliciosas. —hice otro bocado y lo seguí resignada.

En el estudio  ya tenía preparada una pizarra con muchos libros y cosas que seguramente me darían un terrible dolor de cabeza.

Tomé asiento y cuando volví a mirarlo tenía puesto unos lentes con varita en mano. ¿Se creía Harry Potter o que? Tuve que cubrir mi boca con ambas manos, para no explotar en risa.

—Toma el libro rojo y comencemos. —asentí y lo tomé sin mirarlo —Ese libro es el mismo que utilizaste con la profesora así que repasaremos un poco, mira aquí.

Estaba señalando la pizarra con la vara y no pude soportar más, estallé en risa mientras él me miraba sin comprender.

—¿Se puede saber de que te ríes?

—Disculpe Daniel Potter —no podía detenerme, tanto que me dolía el estómago. —¿Me enseñarás a repeler dementores?

—Definitivamente eres todo un caso —pronunció fastidiado seguido de un suspiro pesado.

—Lo siento, lo siento —me calmé.

—Mira Sam, esto... —levantó la varita y volví a reír sin control, pero me cubrí la boca cuando la golpeó contra la mesa —Servirá para poner orden.

—Entiendo, perdón, perdón. —respondí muy responsable pasando los dedos por mi labio en señal de que no diría más.

—¿Lista?

—Cuando quiera —señalé la pizarra y me acomodé en pose de niña inteligente aunque reprimía la risa.

Pasamos prácticamente todo el día en el estudio, incluso almorzamos allá. Dan solo fue un poco serio las primeras 2 horas, luego todo se volvió más dinámico y divertido. Eso facilitaba mi aprendizaje.

Así pasaron los dos días, la profesora regresó e incluso tomé exámenes teniendo puntuación casi perfecta.
Después de dos meses y de platicar prácticamente  todo  para que mí gramática sea decente, porque tanto Dan como el señor Anderson hablaban en el idioma y algunas cosas en alemán todo el tiempo por consejo de la profesora. Ya podía decir que era medianamente angloparlante decente y rumbo a hablar alemán, algún día.

—Este último mes tendrás clases empresariales y como ya sabes lo suficiente del idioma, el profesor te enseñará como tal. Cuando vayas a la universidad todo será en inglés, y no es problemas, pero ciertas cosas cambian debido al país, así que es mejor que te des la idea. —avisó el mayor

—No problem —respondí mientras comía.

—De igual manera las clases de inglés continuarán los sábados hasta que hables fluidamente y sin falta gramatical y de fonética —asentí ante lo dicho ya que él se había preocupado por mi “pequeña condición” luego de que Daniel se lo mencionara.