final

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Al día siguiente se pasa en una neblina de hacer el amor, interrumpido sólo para dormir y comer. Ni siquiera dejan la lujosa cama con dosel. SeHun utiliza su magia para hacer banquetes del aire para los dos Dragones hambrientos. No sólo son voraces desde su época en el foso, sino que los Dragones tienen apetitos como ningún otro a causa del fuego que arde en sus vientres. Comen como si no hubieran comido en meses.

Ellos toman la comida de la boca del otro, los dedos y los cuerpos.

Todo el tiempo, ChanYeol está gimiendo orgiásticamente.

SeHun se deleita en su placer y en el simple acto de proveer a su compañero. Él conjura delicias de todo el mundo para que su tesoro disfrute de los frutos más dulces a las más tiernas, más jugosas carnes. Que cocina con su propio aliento ardiente, mostrándolo a su bonito compañero.

Ardientes llamas azules salen de su garganta. Él chamusca la carne exactamente de la forma en que mejor les gusta a los Dragones, crujiente por fuera y crudo por dentro, y luego él alimenta con la mano a su querido muchacho.

Finalmente, varias horas después de comer, su hambre de tamaño Dragón se sacia. ChanYeol cae de espaldas contra las almohadas con un suspiro feliz. Su vientre tiene una barriguita de todos los alimentos y SeHun sonríe mientras arrastra sus dedos sobre el redondeado estómago de ChanYeol. Él se inclina hacia abajo y presiona un beso en la protuberancia, momento en el que, de repente la cabeza ChanYeol se sacude en alarma.

—Si soy tu compañero, eso significa que puedes dejarme...

SeHun termina su oración con una sonrisita.

—¿Embarazado?

Los ojos del Dragón más viejo se iluminan. Él ama esa idea. Él sonríe misteriosamente.

—La magia de un Dragón es muy poderosa.

El muchacho muerde su labio con inquietud. Sus ojos se llenan de preocupación. Él recién ha obtenido su libertad después de una vida de esclavitud. Hay mucho que ver y hacer. Él no está listo para ser atado de nuevo. SeHun percibe sus pensamientos y ahueca su mejilla en la palma de su mano para poder mirarlo a los ojos.

—Tu magia también es poderosa y siempre aspirará a servirte y a brindarte los deseos de tu corazón. Eso sólo sucederá si los bebés son lo que real y verdaderamente deseas, en lo profundo de tu corazón, y no hasta entonces.

La bella sonrisa de ChanYeol se extiende por todo su rostro e ilumina el interior de la cueva. A los ojos de SeHun, resplandece más luminoso que el Diamante más brillante. Su brillante. Su mayor tesoro.

—¡Bien! Porque tengo mucho que explorar primero — exclama ChanYeol, rodando de pies y caminando a través de la cueva.

Extendió sus brazos ampliamente hacia la vista asentada a sus pies.

—Quiero ver todo el mundo.

SeHun descansa sobre su espalda. Él apoya sus manos bajo su cabeza mientras ve a su compañero moverse. El seductor girar de esas esbeltas caderas le está llamando como una canción de sirena. La manera en que ChanYeol camina debería ser ilegal. Su polla se contrae donde descansa pesadamente sobre su muslo.

Los ojos azules centellean alegremente mientras ChanYeol mira hacia atrás sobre su hombro, leyendo su mente.

Él sostiene arriba un delicado dedo y lo menea en SeHun.

— No, no. Basta de eso por ahora. Ven a ver el atardecer conmigo.

SeHun se pone de pie y se acerca a él. Él descansa su enorme brazo muscular ligeramente sobre los hombros delgados del muchacho mientras contemplan cómo el sol se desliza hacia el océano distante.

𝐩𝐫𝐢𝐬𝐢𝐨𝐧𝐞𝐫𝐨 || 𝚜𝚎𝚢𝚎𝚘𝚕Donde viven las historias. Descúbrelo ahora