Remanentes de un pasado no tan lejano

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Al llegar los recibió un joven enfermero con un atuendo azul y un pokémon rosado y beige, de orejas grandes, a su lado.
Gina e Izzy le explicación rápidamente lo que había sucedido, y el enfermero tomo los datos de la entrenadora de cabello negro antes de llevar al Meowth a tratamiento, junto con el Audino.

Una vez el enfermero les aseguró que el pokémon estaría bajo vigilancia continua, y les diera un rápido chequeo a todos los que habían participado en los entrenamientos, el variopinto grupo decidió que había sido suficiente por la noche y que era hora de irse a la cama.
Aparentemente Izzy estaba en el mismo piso solo que del otro lado.

Gina presionó un beso en la frente de Marinette antes de que esta entrara con el resto de los adolescentes —regresaré en un minuto ¿Te importa si te acompaño hasta tu puerta? —se dirigió a la coordinadora con su pregunta.

Izzy parecía sorprendida por el ofrecimiento y, de primeras, quiso negarse, pero al final aceptó.
Después de que Amelie y los niños entrarán en sus respectivas habitaciones, las dos entrenadoras cambiaron para rodear el pasillo, con Umbreon caminando firmemente en medio de ambas.

—Espero no haberte incomodado, pero realmente me gustaría saber qué planes tienes para ese Meowth —Gina comentó rápidamente.

Izzy pareció relajarse con eso —oh, bueno, eso depende de qué tan rápido se dé su recuperación. Si mañana le dan de alta, se lo entregaría a la enfermera Joy de ciudad Canalave, para que se ocupe de encontrarle el entrenador adecuado —explicó —si no puede irse mañana antes de que yo deje el barco, espero que uno de ustedes esté dispuesto a cuidarlo.

Gina tarareó — ¿No deseas quedártelo?

Izzy negó con la cabeza —Zorua es mi captura más reciente, y Noibat prácticamente acaba de nacer. Tengo mucho que hacer con ellos, además del resto de mi equipo; mientras que Meowth necesita y merece un entrenador que pueda cuidar adecuadamente de él, después de lo que ha pasado.

Después de escucharla, Gina asintió con satisfacción. Deteniéndose cuando la más joven lo hizo, frente a una puerta señalada con el número 5 —esa es una decisión muy responsable. Puedo ver porque tú y tus pokémon están tan unidos.

Una sonrisa y una breve inclinación de cabeza la pelinegra agradeció el cumplido —significa mucho viniendo de una mujer con tanta experiencia y habilidad como usted.

Gina asintió una última vez —Ten una buena noche, niña —se despidió.

—Igualmente, Madame.

La mujer escuchó la puerta abrirse y cerrarse detrás de ella antes de volver sobre sus pasos hasta la habitación de su nieta estaba alojada. Golpeó suavemente la puerta, y no pasó mucho hasta que Adrien le abriera.

El rubio ya estaba en pijama. Luka estaba sentado en el sofá, secándose el cabello con una toalla, mientras Chatot se acurrucaba en su regazo. Ni Félix, ni las chicas estaban a la vista.

Sol. Luna. Estrellas. MiraculousDonde viven las historias. Descúbrelo ahora