Parte 16

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Grité por última vez hasta que el orgasmo llevaba a mi boca para ser exhalado en un gemido profundo. Él por su parte, extasiado del momento, terminó dentro de mí y se recostó a mi lado.

Con las manos liberadas, no podía dejar de mirar al hombre que estaba junto a mi, dormido, completamente desnudo, sin rastro de aquel ser dominante que me tenia en el limbo hace unos momentos atrás. Mi cuerpo estaba jodidamente adolorido, aun podía arderme el trasero después de haber sido blanco de azotes y nalgadas, necesitaba un descanso y mis ojos se cerraron por completo hasta que perdí la noción de cómo me dormí.

Desperté con una resaca imposible, giré mi cabeza para ver si Namjoon seguía durmiendo pero ya no estaba ahí, ¿Dónde se había metido?, me reincorporé sentándome en la orilla de la cama y me levanto para ir a darme una ducha. La ducha fue reconfortante, me sentí como nueva luego de dármela y hasta alivió en gran parte la resaca de la noche anterior, fui a la cocina a prepararme desayuno y me di cuenta que era bastante temprano, por lo que supuse Nam debió irse llegando la madrugada. Como quieras, jódete, pensé. Terminé mi desayuno y reviso mi celular que aun estaba tirado en la alfombra de la sala, tenía una llamada perdida de Lee, que de seguro estaba preocupado por mí y un mensaje de texto de Namjoon.

"Fue agradable dormir contigo. Espero ahora si no tengas dudas de que solo yo puede tocarte. No dejes de comunicarte, no quiero volverme a enojar."

Ya me estaba acostumbrando a sus mensajes tan poco claros, como podía decirme que nadie mas podía tocarme si no éramos más que sexo. Esto ya se estaba convirtiendo en algo tóxico, como un circulo vicioso del cual sabía que debía salir pero no quería porque me provocaba un placer extraordinario y fuera de serie. Respire profundo y continue mi día.

Luego de aquella noche, no supe de Namjoon por casi dos meses, dentro de ese tiempo jamás me envió un mensaje de texto, no me llamó, al parecer había dejado de seguirme o bien, ya no le pedía a nadie que me siguiera. Ya había pasado tiempo suficiente para que, tanto mi mente como mi cuerpo, dejara de recordar o extrañar a Namjoon, ya no dependía emocionalmente de él. Pasó un mes más sin saber del señor Kim, dándome el tiempo de llevar una vida normal, aclarando mucho mis ideas y sobretodo poniéndole fin a lo tóxico que era el dominio que él ejerció sobre mí desde un comienzo. Cuando Pasó el primer mes sin tener noticias suyas, decidí comenzar a salir con Doyun, quien a diario me demostraba que se podía tener un hombre bueno a tu lado, que te proteja y cuide de cualquier cosa, con quien pueda salir de la mano a cualquier parte, a quien le puedas pedirle un abrazo cuando has tenido un mal día o simplemente recibir detalles de atención que podían conquistar a cualquier chica. Me gustaba lo que estaba pasando con Doyun, sentir que después de estos tres meses saliendo, quizás, era el momento de darle la oportunidad de formalizar y ser novios. Cada día me sentía más confiada de mi misma, sabia que no volvería a caer en las redes de una persona que solo me utilizara para sexo, necesitaba romance, contención, un compañero y lo tenia cerca de mi. 

Deseo PúrpuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora