Todo estaba bien en dicha amistad entre un brasileño y un argentino, hasta que por una noche de copas ambos no tienen conciencia de sus actos y terminan en un momento de pasión y aventura, donde pudieron sentir ambos cuerpos y a la mañana siguiente...
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Narrador: Neymar
Me levante entre las sabanas finas y acogedoras en las que me encontraba por el fuerte dolor de cabeza que tenía, estaba extrañado del porqué dicho dolor hasta que en mi mente vino el recuerdo de que el día anterior había ido a una fiesta para aquellos que pasaron a cuartos en el Mundial, de verdad que había sido una gran fiesta y era razonable por la cantidad de participantes que había.
Traté de pararme de la cama, pero me sentí obstruido por unos brazos de tez clara que abrazaban mi cintura, con algo de miedo cambie la dirección de mi mirada hacia la otra parte de la cama y ví aquello que me hizo despertar de una... Tenía al gran Lionel Messi al costado de dicha cama abrazandome por la cintura, el pánico se apoderó de mí así que cuidadosamente saque sus brazos de mi alrededor y puse una almohada en mi lugar, aprovechando que posiblemente también este ebrio y no se de cuenta.
Me pare de la cama esperando lo peor, mi orgullo estaba en juego, así que al poder sostenerme de mis piernas me agarró un dolor agudo en la parte baja de la cintura, llegando a la cadera, posiblemente me iba a caer, pero mi mente actuó más rápido y pude sostenerme de la mesita de noche, luego de unos minutos pude controlar la mayoría de mi cuerpo por parte de mis piernas y, mientras ahogaba unos quejidos por culpa del dolor, me puse a recoger mi ropa tirada y ponerme las prendas lo más rápido posible y sin hacer ruido alguno.
Ya estaba cambiado, ya el dolor había sido debilitado, solo faltaba salir de aquel cuarto e irme al mío, ya acercándome a la puerta a paso lento pero seguro y sin zapatos para evitar más ruido, logró escuchar como la otra persona estaba a punto de despertar así que sin cuidado alguno me apresure y cerré la puerta como pude, solo espero que el argentino no recuerde nada y no me haya visto, al final de cuentas tengo una buena amistad con él, no me gustaría perderla.
Llego a mi cuarto como una bala, no sabía que era peor: el hecho de que había amanecido en la cama de mi amigo y casi sin ropa o que sea a MÍ al que me duela la cadera; estaba tapando mi rostro y pensando la respuesta del antiguo pensamiento, hasta que se me vino uno nuevo "¿como veré a mi amigo a los ojos?" sería muy vergonzoso hacerlo luego de lo sucedido, sé que posiblemente él no recuerde la mayoría, pero aún así sería algo incómodo hablar como si nada con el amigo que acabas de tener sexo.
Doy muchas vueltas a la habitación, ya que el dolor de la cadera lo pude aliviar al completo por una crema al igual que la resaca con una pastilla, por tratar de averiguar el porqué el dolor en el pecho por pensar que todo solo fue de una noche, es como si mi mente o... ¿corazón? Me dijera "conmigo no funciona ese cuento"
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