Prólogo

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El tren se detuvo despacio, Marinette descendió y la brisa parisina de aquella mañana fría se coló por su bufanda helándole el pecho y un poco el corazón, habían pasado tres años desde que venció a Monarch y supo quien se ocultaba detrás de la máscara, tres años desde que se presentó ante ella uno de los guardianes celestiales, aún más poderoso que Suhan y le informó que tenía que marcharse de Paris, para cumplir con responsabilidades que la orden le demandaba por ser guardiana.

Aún recordaba esa mañana fría de diciembre en la que había dejado Paris sin despedirse de nadie, un par de cartas fueron lo único que tuvo permitido enviar, una fue para sus padres, otra para Adrien, sin posibilidad de saber si los destinatarios la habían recibido.

La azabache caminó con las manos en los bolsillos, vio pasar un taxi e hizo una seña para que se detuviera.

-¿A dónde se dirige señorita?- preguntó el hombre.

-A la mansión Agreste- dijo con la voz entrecortada.

El hombre la miró con lástima por el espejo retrovisor.

Mientras recorrían la ciudad, Marinette miraba por la ventana el escenario de un Paris silencioso y solitario, sentía que esos tres años no habían pasado, que el tiempo se había detenido , que aún tenía 14 años y que encontraría todo como lo dejó, pero un golpe de realidad la hizo despertar al llegar a la mansión.

-Una pena lo que sucedió con esa familia, parecían tenerlo todo- dijo el taxista.

Marinette, agachó la mirada, el auto se detuvo, y después de pagar descendió frente a aquel lugar.

El paso del tiempo se notaba allí más que en cualquier otro lugar de Paris, el suelo lleno de papeles con recibos atrasados, la maleza de los que habían sido preciosos jardines se encontraba bastante crecida, el lugar había sido víctima del vandalismo y un candado roto colgaba de la puerta principal.

La azabache se limpió las lágrimas que brotaban de sus ojos enrojecidos y entró a la mansión, se detuvo en aquel jardín donde recordaba una de sus primeras citas con Adrien, justo frente a lo que quedaba de la estatua de Emilie, sacó de sus bolsillos una fotografía, la acercó a su pecho y la abrazó con fuerza.

-Paris no significa nada, sí la tengo que conquistar sin ti- dijo la azabache mirando la fotografía, después la guardó y salió de aquel lugar, metió las manos en sus bolsillos y siguió su camino sabiendo que el tiempo había pasado, pero con la certeza de que necesitaba reconstruir su vida.

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Iniciamos esta nueva historia, esta basada en varias canciones de Pomme que estaré posteando aquí con su traducción principalmente me basé en esta canción:

https://www.youtube.com/watch?v=lbK00kERLGU

¡Gracias por leer!

Sans toi (Sin ti)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora