Libreta de notas #2

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Apartado 3
Página 12

Hay gente que afirma tener un número de la suerte, y otro que nunca se la da.
Yo afirmo tener días de buena suerte y otros que no lo son. Uno de esos desastrosos días es y para siempre será el de mi cumpleaños. Las personas que no lo viven como yo dicen que debe de ser genial cumplir años la noche de Halloween.

Pues no lo es.

Es la noche de gatos negros, de demonios y brujas. La noche en la que siempre todo sale mal.

...

Me encontraba sentado en el banco, justo a las afueras del dichoso parque de DisneyLand Paris.
Tu hermano me había dejado solo por segunda vez aquella noche, se suponía que habíamos ido a Francia a pasar mi cumpleaños. Yo le había dicho mil doscientas tres veces que no hacía falta el viaje, que estábamos bien en Jersey, que había un concierto al que quería ir...

Después de todo, allí estábamos.

Me acuerdo que Mikey se había dejado los pasaportes en casa y los trajiste, apuntándote de paso al viaje. Tu hermano se había enfadado por mi insistencia a que vinieras, pero yo realmente no quería ir, no quería estar solo con él.

Admito que fui quien escondió nuestros pasaportes, digamos que mis planes tienen la manía de salir bien.

Y allí estabas, con nosotros, pero no en aquel momento, no cuando más necesitaba a alguien conmigo.

Estoy rodeado de gente, pero también malditamente solo.

El frío es rencoroso, y a cada rato que me abrazo más a mi mismo, las ráfagas de viento se vuelven más ariscas. Seco las lágrimas con la manga de mi sudadera para poder fijar la borrosa vista en el reloj del móvil. Son pasadas las dos de la madrugada, una triste farola es la única luz que me ilumina, y a lo lejos, aún oigo la feliz musica del parque de atracciones.
Marco el número de Mikey por décima vez, y por décima vez solo pitidos llegan a mi oído, y a continuación, la odiosa voz de la mujer que afirma que la persona con la que trato de contactar tiene el móvil apagado, fuera de cobertura o simplemente no quiere hablar conmigo. Bueno, eso último no lo dice, pero se sobreentiende.

De repente, como si no hubiera tenido bastante, se pone a llover.

Tres gotas.

Cuatro gotas.

Diez...

Feliz cumpleaños, Frankie.

Un diluvio se desahoga en mi piel, siento que me empapo entero, la capucha que ahora cubre mi cabeza no ayuda en nada.
Las personas empiezan a correr como locas buscando refugio.

Yo sigo allí sentado.

No tengo a donde ir.

Te envio un mensaje: Ayúdame.

The Dark Side Of My Mind -Frerarđ-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora