"Éramos Unos Simples Desconocidos Que Comenzaron Una Aventura En Común... Al Final, Resultó Que Te Conocía Más De Lo Que Pensaba".
Solo la historia es mía, los personajes que usaré pertenecen a ZagHeroez y Thomas Astruc.
Corría tan rápido como le era posible, detrás de ella había un grupo de hombres que vestían como monjes, eran miembros de la Orden de los Guardianes, la estaban cazando.
Su respiración era acelerada y sus músculos estaban en tensión constante, había estado corriendo durante un periodo de tiempo prolongado, intentando escapar de aquellos hombres que la seguían desde que había escapado del Templo, pero por más que intentaba no era capaz de perderlos, sin importar donde se ocultara, ellos la acaban encontrando.
Se adentro en el bosque, esquivó ramas, rocas y troncos caídos, una voz aguda y amable la guiaba, diciéndole por dónde debía ir para hacer que sus perseguidores le perdieran el rastro, al menos por un par de minutos.
En poco tiempo llegó hasta un claro.
Miro por sobre su hombro, era cuestión de tiempo para que los miembros de la Orden llegarán a su ubicación actual.
—Tikki— Llamo jadeante.
El collar que colgaba de su cuello, que tenía un pequeño medallón circular de color negro con puntos rojos y una línea dorada que lo dividía por la mitad, empezó a brillar y de esté salió una esfera roja.
La esfera fue tomando forma, convirtiéndose en una pequeña criatura roja que medía unos 10 centímetros. Tenía una cabeza grande, un cuerpo minúsculo, ojos azules oscuros y pecas. Su cuerpo es ligeramente parecido al de una mariquita, tiene dos antenas, una gran mancha negra en la frente y dos a los lados de la cabeza, y una pequeña cola con tres puntas.
—¿Estás segura de esto?— Pregunto la pequeña criatura flotante, que era una Kwami.
—Lo estoy... Hazlo...—
—Lucky Charm— Dijo suavemente la catarina.
Desde sus pequeñas manos salió una esfera roja de luz, que cayó al suelo como si fuese una gota de lluvia, cuando la esfera de energía tocó la tierra, algo empezó a surgir de esta, una puerta.
Dicha puerta era completamente roja con puntos negros.
Tras "invocar" aquella puerta, la Kwami se desvaneció. La muchacha de tambaleó y por poco cayó al suelo, pero logro mantenerse en pie, su frente sudaba a mares y su respiración se había hecho aún más jadeante.
—¡Aquí está!— Dijo una voz.
La joven, temerosa de ser atrapada, abrió la puerta y la atravesó, apenas hizo aquello, la puerta desapareció del claro, como si nunca hubiese estado allí.
Ella había logrado escapar.
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